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Informe OMC: efectos de la pandemia en el comercio agropecuario

Examinan los efectos de la pandemia de COVID-19 en el comercio mundial de productos agropecuarios.

La Secretaría de la OMC ha publicado una nueva nota informativa en la que se examinan los efectos de la pandemia de COVID-19 en el comercio mundial de productos agropecuarios.

Efectos de la pandemia en el comercioEl brote de COVID-19 y su rápida propagación tomaron por sorpresa a muchos Gobiernos y productores agropecuarios, lo que llevó a los Miembros de la OMC a adoptar respuestas en materia de política inmediatas. Se esperaba que muchas de las medidas iniciales afectasen de manera negativa al sector agropecuario. Sin embargo, el sector agropecuario ha demostrado su capacidad de resiliencia, ya que ha obtenido mejores resultados comerciales que otros sectores.

Después de las medidas iniciales centradas en garantizar la disponibilidad inmediata de productos alimenticios, se adoptó una segunda serie de políticas encaminadas a subsanar las interrupciones de las cadenas de suministro y a ayudar a los productores agropecuarios a hacer frente a la «nueva normalidad».

En el documento se señala que el comercio agropecuario ha salido mejor parado que otros sectores, y que las medidas iniciales para garantizar la disponibilidad inmediata de alimentos han ido acompañadas de una segunda fase de políticas cuyo objetivo es reparar las cadenas de suministro rotas y ayudar a los productores a adaptarse a esta situación.

Efectos de la pandemia en el comercio global

Mientras que el comercio global de mercancías se redujo abruptamente en el primer semestre de 2020, las exportaciones de productos agropecuarios y alimenticios aumentaron un 2,5% durante el primer trimestre del año con respecto al mismo período de 2019, y aumentaron nuevamente en marzo y abril.

No obstante, la crisis ha ejercido una mayor presión a la baja sobre los precios de los productos alimenticios y, por consiguiente, sobre los ingresos de los productores.

Además, mientras que las existencias mundiales de productos alimenticios y los niveles de producción de los productos básicos más consumidos — arroz, trigo y maíz — han alcanzado máximos históricos, o se aproximan a ellos, los efectos de la pandemia de COVID-19 en el empleo y los ingresos han provocado un aumento del número de personas hambrientas en todo el mundo.

En el documento se advierte de que los países siguen luchando contra la pandemia, y que sus repercusiones en las cadenas de suministro de productos alimenticios aún son inciertas.

Si bien actualmente no hay ninguna razón por la que la actual crisis sanitaria deba convertirse en una crisis alimentaria, las perturbaciones de las cadenas de suministro de productos alimenticios constituyen un riesgo, y es probable que las decisiones de política comercial de los Gobiernos determinen la evolución de la situación.

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