La COVID-19 desnuda a las empresas bien y mal administradas

La COVID-19 desnuda a las empresas ya sean bien o mal administradas. Esta es una pandemia que ha dejado al descubierto un sinfín de temas que algunos especialistas de negocios venimos advirtiendo desde hace mucho tiempo y que hemos mostrado en varias ocasiones a empresarios y ejecutivos de diversos grupos económicos y compañías.

En el Perú, en general, las empresas no están acostumbradas a los cambios disruptivos ni a la inversión en innovación. En los últimos 12 años que llevo en este país, cuando a algunas empresas, inclusive grupos de empresarios, les planteábamos soluciones como la tercerización de funciones, el spin-off de algunas áreas de su organización para crear nuevos negocios que los hicieran crecer en el mercado al mismo tiempo de lograr una organización más adecuada al futuro o a virtualizar funciones que les permitieran mayores eficiencias, etc., las respuestas fueron variadas y muy interesantes, pero entre ellas las que más recuerdo son:

• “No deseamos estresar a la organización con cambios de esta naturaleza”,
• “Nuestra empresa no está preparada para cambios tan abruptos”,
• “No hace falta realizar una innovación continua porque le cambiamos a la gente en forma muy frecuente su forma de trabajar”,
• “No necesitamos planes de contingencia porque nuestro management tiene todos los potenciales problemas bajo control”

Nuestro lineamiento siempre fue, invierta en su negocio a través de la innovación como un proceso de evolución continua, en el cual se involucre a toda la organización, pero, principalmente, teniendo una visión de ganar en eficiencia y competitividad, así como prepararse para un futuro más automatizado en todo sentido.

La COVID-19 desnuda a las empresas

Lo realmente interesante de esto, es que el impacto de la COVID-19 ha mostrado que varias de esas empresas hoy en día han tenido que cerrar sus puertas. Muchas otras se han endeudado en forma sustancial para salir y poder mantenerse en pie. No obstante, algunas que han trabajado adecuadamente, actualmente son tan competitivas que pueden salir a ganar participación y posicionamiento de mercado con una gran facilidad.

Veamos algunos ejemplos de empresas bien y mal administradas o proyectadas. Y con esto no queremos decir, que quienes están bien proyectadas tienen mayor facturación o rentabilidad que aquellas que no lo están, sino que están posicionadas de tal manera, que su futuro está correctamente basado en sus clientes, el mercado y su futura supervivencia y evolución

Interbank

Uno de los mejores ejemplos que podemos tomar es el de los bancos. Por un lado, tenemos a Interbank, uno de los bancos mejor proyectados del Perú, en el que se viene implementando la política de teletrabajo para sus empleados del back-office en forma sostenida e incremental, acompañado de procesos y plataformas digitales cada vez más amigables y flexibles para la atención de sus clientes. El mismo permite a las empresas, la apertura de sus cuentas en su página web en forma simple y rápida.

BCP

En contraposición a esta forma de operación, encontramos al BCP, donde, por ejemplo, una empresa, que es su cliente desde hace aproximadamente dos años, debió ingresar una “Reclamación para que le asignen un ejecutivo de cuenta” para interactuar con el banco en temas específicos. La respuesta de la entidad al empresario se tardó «solo» 15 días, en esta era digital y con la siguiente respuesta: “El representante legal debe enviar en papel membretado, una carta firmada, indicando las ventas de la compañía y para qué se solicita tener un ejecutivo de cuenta”.

Esta situación es verdaderamente de locos. Pedirle a un cliente, al cual se le llevan las cuentas hace dos años, que les envíe la información que ellos ya pueden visualizar de ese periodo y hacer un pedido administrativo tan absurdo en este era digital, sinceramente es incomprensible. ¿Se quiere apoyar a las empresas para que hagan negocios brindándoles más servicios o se las quiere espantar y perderlos como clientes?

Por algo, Interbank fue categorizado como «Mejor Banco del Perú» por la revista Latin Finance en 2017 y 2018 y «Banco del Año en Perú» reconocido por la revista británica The Banker en 2015, 2016 y 2019.

CM Valkiria

Si nos vamos al ámbito de las Pymes, un ejemplo interesante es la empresa CM Valkiria, compañía dedicada a la importación, fabricación y comercialización de material educativo, que desde el 2018 tomó la decisión estratégica de reinventarse en forma total, basándose en incorporar la innovación, como “un proceso continuo de evolución de negocios”.

Este proyecto se inició a partir del ordenamiento y reestructuración del negocio, comenzando con un planeamiento estratégico de cinco años que dio como resultado la decisión del cambio de toda su plataforma tecnológica con visión de tener todos sus procesos y sistemas de gestión empresarial integrados en una única plataforma en la nube.

Adicionalmente, pensando en lograr un crecimiento adecuado a la realidad actual, en abril de 2019 decidió volcar una parte importante de su negocio al comercio electrónico a través de la implementación de la funcionalidad de e-commerce integrada en la misma plataforma ya existente. Y en diciembre de 2019 comenzó con la implementación de procesos híbridos de tercerización y virtualización de funciones de back-office, con el objetivo de poder contar con una organización altamente flexible e de máxima eficiencia, así como también parte de un plan de disaster recovery, para prevenir que operación no se detenga en ninguna circunstancia.

Restaurante «Las Brujas de Cachiche»

Para ejemplificar empresas que son un claro ejemplo de mala administración, podemos abordar el caso del Restaurante “Las brujas de Cachiche”, que se ha declarado en quiebra tras casi 29 años de funcionamiento. La actual crisis fue el detonante para «una débil situación financiera arrastrada de años anteriores», según indicó el encargado de la liquidación de la empresa.

La industria gastronómica en Perú ha tenido un boom fenomenal en los últimos 10 años, y muchos restaurantes entendieron que debían reinventarse para surfear esa ola que les permitiría un crecimiento sostenido. Si tenemos en cuenta que la industria gastronómica fue de las más afectadas por esta pandemia, también estamos pudiendo ver como muchos establecimientos han tenido una administración que les permitió dos cosas:

1. Gestionar de la mejor manera posible los fondos de contingencia que han generado con anterioridad a la aparición de la COVID-19.
2. Tener la flexibilidad de adaptarse a esta nueva realidad y sobrevivir a este tsunami a través de nuevas modalidades de servicios gastronómicos.

Soyuz S.A.

Otro ejemplo es la empresa de transporte Soyuz SA, que anunció la liquidación de su negocio tras 38 años en el mercado peruano. Su cierre estaría motivado por la proliferación del transporte informal en el país, según anunciaron en un comunicado los directivos de la compañía.

No obstante, si analizamos qué han hecho sus competidores, que siguen en el mercado más allá de la informalidad en el transporte, vemos que han implementado procesos de innovación en sus servicios para lograr una mayor eficiencia y competitividad, como sistemas de monitoreo satelital de sus unidades y políticas de gestión adecuadas para los conductores de las unidades, así como también servicios diferenciales para los clientes.

Obviamente, que siendo este, otro de los rubros golpeados por esta pandemia, han sentido el impacto por la cuarentena, pero han sobrevivido y están buscando cómo seguir reinventándose para volver a crecer.

Reflexiones

Podemos seguir con muchos otros casos, pero con estos simples ejemplos, podemos ver que el impacto de la COVID-19 se traduce en haber desnudado buenas y malas gestiones de compañías de todos los tamaños, pudiendo verse esto desde tres ángulos de análisis: la coberturas ante contingencias, la gestión de innovación y la flexibilidad al cambio.

Si analizamos toda la realidad actual con las experiencias antes mencionadas, podemos concluir que, para muchos empresarios y ejecutivos, es más fácil mantener el status quo sin hacer grandes innovaciones por el miedo al cambio y mantener la comodidad adquirida, que pensar en una evolución continua basada en la innovación y la competitividad.

Para muchos la COVID-19 es una nueva realidad, pero para quienes tratamos de mantener una visión más global del management, entendemos que la COVID-19 sólo es “la aceleración en la llegada de la realidad mundial de los países desarrollados, a nuestros países en vías de desarrollo”, tal cual lo describe el reconocido periodista Andrés Oppenheimer en sus últimos libros Crear o Morir y Sálvese quien pueda.