BBVA no suelta el timón: Su OPA por Sabadell desafía las murallas del gobierno
BBVA persiste en su OPA sobre Sabadell pese a las restricciones del Gobierno, buscando crear valor para accionistas y fortalecer su posición en Europa.

EYNG, 01/07/2025. El BBVA continuará adelante con su oferta pública de adquisición (OPA) sobre Banco Sabadell, a pesar de que el Gobierno español ha impuesto restricciones que impedirán fusionar ambas entidades, al menos durante los próximos tres años si la operación prospera. Así lo comunicó Carlos Torres, presidente del BBVA, a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), subrayando que el grupo bancario no abandonará sus planes, aunque reconoce que el plazo para concretar las sinergias se prolongará más de lo previsto.
Según explicó BBVA en su comunicado, la entidad actualizará y divulgará toda la información relevante una vez obtenga la aprobación del folleto de la OPA por parte de la CNMV, un trámite que se espera culmine en las próximas semanas.
Creación de valor para accionistas y la economía
BBVA defiende su OPA sobre Sabadell al considerar que el proyecto generaría «un enorme valor» tanto para los accionistas de ambas entidades como para el sistema financiero en general. Además, sostiene que representa una oportunidad estratégica para construir uno de los bancos más innovadores y competitivos de Europa.
Carlos Torres reitera que una eventual integración convertiría a BBVA y Sabadell en un grupo bancario más sólido, con mayor escala y capaz de incrementar en 5.000 millones de euros anuales la financiación disponible para familias y empresas, contribuyendo al crecimiento económico de España.
La decisión de seguir con la OPA cuenta con el respaldo unánime del consejo de administración del BBVA.
Las exigencias del Gobierno marcan el proceso
El plan inicial del BBVA consistía en integrar Sabadell en el grupo para alcanzar, en los primeros tres años, unas sinergias de aproximadamente 850 millones de euros: 450 millones en ahorro de costes tecnológicos, 300 millones en gastos de personal y 100 millones en ahorros financieros.
Sin embargo, ante la oposición del Gobierno a una fusión total, BBVA comenzó a estudiar la posibilidad de mantener al Sabadell como filial, siguiendo un modelo similar al que Banco Santander empleó durante más de dos décadas con Banesto.
Ventajas fiscales y riesgos en las sinergias
Una integración bancaria suele tardar al menos dos años en materializarse y, además, el impuesto extraordinario a la banca penalizaría más a BBVA si absorbiera al Sabadell, ya que se aplica de forma progresiva. Mantener a Sabadell como filial podría ofrecer ventajas fiscales, aunque, a cambio, las sinergias de 850 millones previstas originalmente serían imposibles de alcanzar en su totalidad. En ese sentido, BBVA reconoce que necesitará más tiempo para redefinir cifras y planes.
El acuerdo del Consejo de Ministros, aunque bloquea eventuales recortes inmediatos de plantilla o cierres de sucursales vinculados a la operación, no prohíbe que estas medidas puedan implementarse en el futuro si contribuyen a maximizar el valor individual de cada banco.
Próximos pasos: aprobación de la CNMV y resistencia del Sabadell
La OPA del BBVA está pendiente de la aprobación del folleto por parte de la CNMV. Una vez aprobado, se abrirá el periodo de canje, durante el cual los accionistas de Sabadell decidirán si venden sus acciones. Este período debe durar al menos 15 días, pero en la práctica podría prolongarse entre 30 y 70 días, extendiéndose incluso hasta septiembre, ya que legalmente no se contempla su finalización en agosto.
Mientras tanto, la dirección de Sabadell, liderada por César González-Bueno, se mantiene firme en defensa de la independencia de la entidad y advierte que muchos pequeños accionistas podrían verse obligados a pagar impuestos si aceptan el canje, al tener que vender sus acciones y tributar por la plusvalía obtenida.
De forma paralela, Sabadell ultima un nuevo plan estratégico que se presentará el próximo 24 de julio, coincidiendo con los resultados semestrales, con el objetivo de convencer a sus accionistas del valor de la entidad en solitario. Para entonces, la entidad sabrá si se concreta la venta de su filial británica, TSB, operación que podría liberar recursos y permitir un reparto de dividendos que incentive a los accionistas a rechazar la oferta del BBVA.