Liderar bajo presión: El arte de decidir sin romper equipos
En un entorno empresarial exigente, los líderes deben tomar decisiones difíciles sin debilitar la motivación ni el rendimiento del equipo. Giancarlo Ameghino, del Grupo Crosland, explica cómo un liderazgo empático, participativo y consciente del impacto emocional puede marcar la diferencia en tiempos de cambio.
EYNG, 20/10/2025. En un mundo empresarial donde los cambios se aceleran a ritmo de vértigo, los líderes enfrentan un dilema recurrente: ¿cómo tomar decisiones difíciles sin desmotivar ni desorganizar al equipo? En tiempos de transformación constante, el verdadero liderazgo no se mide solo por la rapidez para actuar, sino por la capacidad de sostener la cohesión, la confianza y el propósito común.
La delgada línea entre decidir y desgastar
Según el Reporte de Burnout 2025 de Buk, casi el 50% de los trabajadores en una empresa muestra signos frecuentes de desgaste laboral y piensa seriamente en cambiar de empleo. El dato es una señal de alerta sobre cómo la presión y los procesos de cambio mal gestionados pueden impactar no solo en la productividad, sino también en la salud emocional del talento. En este escenario, el liderazgo tiene una responsabilidad crítica: implementar transformaciones sin quebrar el clima laboral.
Giancarlo Ameghino, gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland, advierte que los líderes deben enfocar sus decisiones difíciles en tres dimensiones clave que equilibren resultados, bienestar y confianza.
1. Escuchar antes de decidir
La primera lección, explica Ameghino, consiste en abrir el proceso de decisión. «Antes de cerrar una medida, es esencial conversar con los líderes de área o responsables de proyectos», señala. Escuchar distintas perspectivas, identificar riesgos y analizar escenarios alternativos no solo mejora la calidad de la decisión, sino que refuerza la confianza del equipo. Un liderazgo participativo reduce la resistencia y aumenta la sensación de pertenencia ante los cambios.
2. Medir el impacto con precisión
Una segunda clave es involucrar al equipo en la evaluación de cómo cada alternativa puede afectar al negocio y a las personas. Ameghino sostiene que «anticipar los efectos en procesos, cargas de trabajo y resultados esperados permite tomar decisiones más sostenibles». Este enfoque ayuda a detectar consecuencias menos evidentes —como sobrecarga operativa o pérdida de motivación— que podrían comprometer el desempeño general.
3. Cuidar la dimensión emocional
Ningún cambio está libre de incertidumbre. Por eso, el especialista recomienda crear espacios de diálogo y acompañamiento. «El colaborador debe sentirse respaldado y seguro para adaptarse a los nuevos procesos sin que su rendimiento se vea afectado», indica Ameghino. Gestionar el aspecto emocional es, en última instancia, lo que distingue a un líder empático de uno meramente ejecutivo.
El nuevo estándar del liderazgo
Hoy, el liderazgo efectivo se mide por la capacidad de tomar decisiones complejas sin perder de vista a las personas. No se trata solo de ejecutar estrategias, sino de integrar a los equipos en la construcción del cambio. En tiempos de transformación, los líderes que logran combinar firmeza con empatía son los que garantizan que las decisiones difíciles se conviertan en oportunidades sostenibles.
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