La IA no es la siguiente ola tecnológica, es la nueva arquitectura para los bancos
El futuro de la banca no depende de usar inteligencia artificial, sino de reconstruir toda su arquitectura alrededor de ella. Los bancos IA-First serán los que lideren la próxima era financiera.
La banca gasta más que nunca, pero crea menos valor. La era IA-First redefinió el juego. Durante una década, los bancos han intentado reinventarse a golpe de presupuesto. Han digitalizado, automatizado y modernizado los procesos, sin embargo, el resultado es incómodo: más gasto, menos valor.
En concreto, el gasto tecnológico ha crecido cerca de 8% anual, pero menos del 30% de esas inversiones genera un retorno real. Es decir, la productividad no avanza y las plantillas siguen creciendo. La verdad es simple y cruda: el modelo podría haber llegado a su límite.
«La inteligencia artificial no es la siguiente ola tecnológica; es la nueva arquitectura del banco». La frase presenta un cambio de era. Si el software hizo a los bancos eficientes, la inteligencia artificial los hará adaptativos. De modo tal, que no se trata de otra herramienta, sino de un nuevo sistema nervioso para la banca.
El paradigma digital murió sin darnos cuenta. La automatización resolvió tareas, pero no problemas. Y ahora con la inteligencia artificial se busca resolver lo que la eficiencia no pudo.
«El futuro no es humano o máquina, sino un sistema de inteligencia artificial híbrida, es decir un sistema vivo que piensa, predice y corrige en tiempo real».
La mayoría de las instituciones financieras sigue usando la IA como un instrumento táctico –copilotos, chatbots, automatización puntual– que produce mejoras de entre 10% y 15% y deja intactas las viejas estructuras. Pero un pequeño grupo de bancos está dando el salto. No están aplicando IA, la están convirtiendo en su sistema operativo, y cuando eso ocurre, los resultados dejan de ser marginales: ganancias de productividad entre 50% y 75% y una organización que aprende, decide y mejora por diseño. Así las cosas, el futuro no será de quienes usen IA, sino de quienes reconstruyan la industria alrededor de ella.
En estos modelos, los agentes inteligentes operan las 24 horas del día, aprendiendo y ejecutando. Los humanos dejan de controlar para dirigir, validar y orquestar. El futuro no es humano o máquina, sino un sistema de inteligencia artificial híbrida, es decir un sistema vivo que piensa, predice y corrige en tiempo real.
La paradoja de la adopción sin transformación
El 80% de los bancos ya implementa GenAI, pero el 95% no logra impacto en productividad o EBITDA. La razón es simple: usan la IA con una arquitectura que no fue diseñada para aprender. El verdadero impacto no está en usar IA, sino en rediseñar la arquitectura organizacional alrededor de ella.
Sin aprendizaje, no hay crecimiento compuesto. Sin ownership real, no hay evolución. Sin rediseño del sistema, la IA se convierte en un adorno caro. Solo el 5% de las transformaciones logra resultados sostenibles. Y no por la calidad de los modelos, sino por cómo se gobierna la inteligencia: desde la integración entre negocio, datos y propósito.
Al final del día, la transición hacia un banco IA-First no se logra con más tecnología, sino con una nueva forma de liderazgo. Un liderazgo que no se alinea: se reprograma. Que no gobierna desde el control, sino que gobierna desde la observación de lo empírico, que entiende que la ejecución no se acelera: se orquesta.
EYNG, octubre de 2025



