Economía china crece más de lo previsto, pero la crisis inmobiliaria persiste
El PIB de China creció un 1,1% en el tercer trimestre de 2025, pero la desaceleración interanual, la crisis inmobiliaria y la débil demanda interna revelan desafíos profundos para su modelo de crecimiento.
EYNG, 20/10/2025. La economía china mantiene su pulso. Entre julio y septiembre de 2025, el Producto Interior Bruto (PIB) de China aumentó un 1,1 % respecto al trimestre anterior, según informó la Oficina Nacional de Estadística (NBS). La cifra iguala el ritmo del segundo trimestre y supera las previsiones de los analistas, que anticipaban un crecimiento del 0,8 %. Sin embargo, el avance interanual se moderó al 4,8 %, un descenso frente al 5,2 % del trimestre previo.
La NBS destacó la «inercia sostenida de desarrollo» y la «fuerte resistencia y vitalidad» del país, gracias a políticas macroeconómicas más proactivas. No obstante, al mismo tiempo, advirtió que la economía china «todavía afronta múltiples riesgos y desafíos», entre ellos la inestabilidad exterior, la prolongada crisis inmobiliaria, el consumo débil y la amenaza de deflación.
La segunda economía del mundo busca sostener el crecimiento
Durante los primeros nueve meses de 2025, el PIB de China creció un 5,2% interanual, alcanzando 101,5 billones de yuanes (equivalentes a 14,25 billones de dólares). Por sectores, el primario creció 3,8%, el secundario 4,9% y el terciario 5,4%, reflejando un avance más equilibrado pero aún dependiente de la industria.
Cabe resaltar que la producción industrial alcanzó en septiembre su mejor ritmo en tres meses, con un crecimiento del 6,5% interanual, superando las expectativas del mercado. Sin embargo, las ventas minoristas se desaceleraron a un mínimo de diez meses, con apenas un 3% de incremento.
Los precios de las viviendas nuevas, por su parte, cayeron al ritmo más rápido en once meses, lo que afecta la riqueza percibida de los consumidores y reduce el gasto. Además, la inversión en el sector inmobiliario se contrajo un 13,9% interanual en los tres primeros trimestres del año, según datos de la NBS.
Exportaciones en alza, consumo interno en pausa
El crecimiento de China se apoya cada vez más en las exportaciones. Según Capital Economics, la debilidad del consumo interno está obligando a los fabricantes a competir agresivamente en mercados externos, lo que a menudo reduce sus márgenes.
Jeremy Fang, ejecutivo de ventas de una empresa de aluminio en Guangzhou, comentó al Financial Times que su compañía perdió cerca del 20% de sus ingresos este año, pese al aumento de ventas en América Latina, África y el Sudeste Asiático. «Las órdenes desde Estados Unidos cayeron hasta un 90%, así que tuvimos que salir a buscar nuevos mercados. Pero eso implica bajar precios y sacrificar rentabilidad», explicó.
Es importante destacar que la estrategia de diversificación ha permitido que las exportaciones chinas hacia la Unión Europea, el Sudeste Asiático y África aumenten en 14%, 15,6% y 56,4%, respectivamente.
Tensiones comerciales con Washington y señales de alerta
Cabe señalar que el escenario internacional continúa marcado por la tensión comercial con Estados Unidos. Las conversaciones entre el viceprimer ministro chino He Lifeng y el secretario del Tesoro norteamericano Scott Bessent en Malasia, así como una posible reunión entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping en Corea del Sur, podrían definir la orientación futura de la relación bilateral.
Pekín, sin embargo, enfrenta presiones internas: la debilidad del consumo, los problemas de deuda en gobiernos locales y la falta de confianza empresarial limitan la recuperación sostenida. Lynn Song, economista jefe para la Gran China en ING, señaló a Bloomberg que «la débil confianza se traduce en un consumo e inversión débiles y en una caída persistente de los precios inmobiliarios, que aún debe ser abordada».
El plan quinquenal en el centro del debate
El Partido Comunista Chino celebrará esta semana una reunión clave para definir el próximo plan quinquenal de desarrollo. Al respecto, analistas como Julian Evans-Pritchard, de Capital Economics, advierten que el modelo actual, basado en la industria y la exportación, no es sostenible a largo plazo.
Añaden que, aunque se espera que Pekín reafirme su objetivo de «crecimiento de alta calidad», el foco podría seguir en fortalecer la manufactura avanzada y la autosuficiencia tecnológica como prioridad de seguridad nacional. Esto podría mantener el flujo de recursos concentrado en la industria, en lugar de impulsar directamente el consumo de los hogares.
Un equilibrio difícil de sostener
En conclusión, la economía china mantiene el rumbo para cumplir su meta de crecimiento de alrededor del 5% en 2025, pero el desafío será sostenerlo sin depender en exceso de las exportaciones ni sacrificar rentabilidad empresarial. Si el consumo interno no se recupera y la crisis inmobiliaria no se estabiliza, los estímulos fiscales e inversiones en infraestructura podrían volver al centro de la estrategia económica.
Para los empresarios internacionales, China sigue siendo un actor determinante, pero más volátil. Entender la evolución de su política económica, sus sectores prioritarios y las señales del nuevo plan quinquenal será clave para anticipar oportunidades y riesgos en el mayor mercado asiático.
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