Economía y Negocios

Bajo nivel de capital humano y de gobernabilidad frena a Latam

Una investigación del FMI advierte que los países con mayor capital humano y mejor gobernanza y clima empresarial tienden a ser más ricos que aquellos con puntuaciones bajas en estas variables.

En 1990, el PBI per cápita promedio de América Latina significaba un poco más de la cuarta parte del nivel de ingresos de Estados Unidos, mientras que el PBI per cápita de los países asiáticos emergentes y en desarrollo era solo del 5%. En 2019, el nivel de ingresos en los países asiáticos se había cuadriplicado, pero América Latina aún se encontraba en el mismo nivel.

¿Qué explica este débil crecimiento de la renta relativa? Una investigación realizada por Bas B. Bakker, Manuk Ghazanchyan, Alex Ho y Vibha Nanda, funcionarios del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), concluye que ello se debe al bajo nivel de capital humano que tiene América Latina.

Según el estudio de los investigadores del FMI, América Latina se quedó atrás en el proceso de convergencia principalmente porque no tenía la misma combinación de alto capital humano y bajos ingresos que Europa del Este y por su bajo nivel de gobernabilidad.

Bajo capital humano

Dado que Asia tiene el doble del nivel de inversión que América Latina, es tentador culpar al bajo crecimiento a la baja inversión. Pero Europa central, oriental y sudoriental arroja dudas sobre esta narrativa, ya que logró un crecimiento más rápido que América Latina con una inversión menor que Asia”, afirman los autores de la investigación titulada La falta de convergencia de América Latina frente a CESSE: ¿La baja inversión tiene la culpa?.

“Comparamos las experiencias de estas tres regiones (antes de COVID-19) y concluimos que América Latina es más pobre debido a menores niveles de capital humano y productividad, y no de inversión”, explican.

Impulso temporal

Para sustentar su tesis, los autores toman el caso de México y Polonia. En los últimos 25 años, México ha tenido más inversión (como porcentaje del PIB), pero su crecimiento per cápita ha sido mucho más lento.

“La inversión genera ingresos. Un mayor stock de capital por trabajador aumenta el PIB per cápita. Pero solo hasta cierto punto, después del cual el retorno de la inversión comienza a disminuir. Un repartidor de pizzas con motocicleta hará más entregas que uno que tenga que caminar. Pero darle al mismo repartidor dos motocicletas, o una más cara, no hará mucho por aumentar su producción”, resalta el informe.

Crecimiento de la productividad, capital humano e instituciones

Los autores destacan que a largo plazo, no es más insumo (trabajo y capital) lo que genera crecimiento, sino productividad (cuánto más producto se puede producir con el mismo insumo) en la misma cantidad de tiempo.

“Estudiamos los diferentes componentes del crecimiento del PIB para Polonia y México desde 1995 y el panorama es muy claro: la combinación de capital humano y productividad es un factor importante para el país europeo, mientras que a menudo es un factor negativo para el norteamericano”, advierten.

Los investigadores del FMI afirman que el crecimiento de la productividad depende solo parcialmente del progreso tecnológico. “En la época de Charles Dickens, las cartas se escribían con plumas de ganso. Hace un siglo, con máquinas de escribir y hoy, con computadoras. ¡No es de extrañar que los trabajadores de oficina actuales sean mucho más productivos! Pero también depende del capital humano. La misma computadora hará que un graduado universitario sea mucho más productivo que alguien que acaba de terminar la escuela primaria”, manifiestan.

Diferencias entre países en los niveles de ingresos

El estudio señala que una gobernanza sólida y un buen clima empresarial son importantes para el crecimiento de la productividad. Así, en países donde los derechos de propiedad no son seguros y la gobernanza es deficiente, las empresas seguirán siendo pequeñas y la productividad baja. No obstante, en países bien administrados, las empresas exitosas pueden volverse grandes y más eficientes.

“Nuestro documento muestra que los países con mayor capital humano y mejor gobernanza y clima empresarial tienden a ser más ricos que aquellos con puntuaciones bajas en estas variables. Un alto capital humano por sí solo no es suficiente: nuestro análisis muestra que los países se enriquecen solo cuando la gobernabilidad también mejora”, advierten.

En ese sentido, aseguran que no es de extrañar que México tenga peores lecturas en ambas áreas que Polonia. “En general, América Latina obtiene una puntuación baja en ambas dimensiones, en comparación con los países avanzados o la Europa emergente, lo que ayuda a explicar por qué es relativamente más pobre. Por supuesto, hay excepciones: la gobernanza de Chile se ubica bien en comparación con algunas economías avanzadas y es mejor que la mayoría de las economías emergentes de Asia”, detalla el estudio.

“Nuestro documento sostiene que los países no crecerán más rápido ni cerrarán la brecha de ingresos con las partes más ricas del mundo sin mejorar el capital humano, la gobernanza y el entorno empresarial”, concluyen.

Factor de éxito de Europa del Este

El estudio de los investigadores del FMI señala que en 1989, en vísperas de la caída del muro de Berlín, los países detrás del Telón de Acero eran mucho más pobres que Europa Occidental. No obstante, ahora, algunos de ellos tienen niveles de ingresos similares a España e Italia.

“Convergieron rápidamente porque su capital humano ya era similar al de Europa occidental, mientras que los ingresos eran mucho más bajos a principios de la década de 1990. El fortalecimiento de las instituciones ayudó al proceso, y aquí la Unión Europea (UE) jugó un papel importante. La perspectiva de la adhesión a la UE dio lugar a más reformas y un mayor crecimiento. Los países que se unieron a ese objetivo o trabajaron para lograrlo, experimentaron mejoras significativas”, señalan.

¿Por qué América Latina no ha convergido?

Para el caso de América Latina, el estudio detalla que esta región se quedó atrás en el proceso de convergencia principalmente por dos razones. Primero, no tenía la misma combinación de alto capital humano y bajos ingresos de los países ex comunistas. De hecho, a mediados de la década de 1990, el PIB per cápita estaba algo por encima de lo que se podía esperar para el nivel de capital humano. En segundo lugar, la fuerte mejora institucional observada en Europa tampoco ocurrió en América Latina. Los indicadores de gobernanza de hecho se deterioraron en muchos países.

“Los mismos factores que frenan el crecimiento también hacen que la inversión sea menos atractiva. Nuestra conclusión es que la baja inversión en América Latina no es la causa, sino el resultado de un bajo crecimiento. Los gobiernos que se concentran únicamente en impulsar la inversión pueden querer ver el problema desde una perspectiva diferente», concluyen.

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