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WindRunner: Así será el avión más grande del mundo

Radia desarrolla el WindRunner, una aeronave de 108 metros de largo que promete resolver uno de los mayores desafíos del sector energético: transportar por aire las enormes palas de las turbinas eólicas terrestres.

EYNG, 13/11/2025. Mover por tierra una pala eólica de más de 100 metros se ha convertido en un reto logístico casi insalvable. Las carreteras estrechas, los puentes y las curvas cerradas encarecen el transporte y limitan la expansión de los parques eólicos terrestres. Frente a este obstáculo, la empresa estadounidense Radia, con sede en Colorado, presentó una propuesta inédita: el WindRunner, un avión de carga diseñado para trasladar estas piezas de gran tamaño directamente hasta los sitios de instalación.

El proyecto, dado a conocer por la propia compañía en su web oficial www.radia.com, busca transformar la cadena logística de la industria eólica global. Con 108 metros de longitud, 80 metros de envergadura y cuatro motores, el WindRunner será capaz de aterrizar en pistas de tierra de apenas 1,8 kilómetros, lo que le permitirá operar incluso dentro de los propios parques eólicos.

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(Crédito de foto: Radia)

Innovación con visión estratégica

«El transporte terrestre de palas de más de 100 metros es prácticamente inviable. Por eso necesitamos pensar en grande», afirma Mark Lundstrom, fundador y CEO de Radia, en declaraciones recogidas por la empresa. Lundstrom, ingeniero y emprendedor aeroespacial, explicó que el objetivo es facilitar el despliegue de turbinas de hasta 10 megavatios (MW), cuyo tamaño impide su traslado por carretera.

Un estudio interno encargado por Radia concluyó que las turbinas de 10 MW pueden aumentar en un 20% el factor de capacidad, reduciendo los costos eléctricos y las emisiones de carbono. Esto abre la puerta a parques eólicos más rentables, especialmente en zonas de viento moderado.




El gigante del aire

El WindRunner será una máquina de dimensiones sin precedentes. Su fuselaje alcanzará los tres pisos de altura y podrá transportar hasta tres palas de 80 metros, dos de 95 o una de 105 metros, con un alcance estimado de 2.000 kilómetros.

Fabricado principalmente en aluminio por su resistencia y fácil mantenimiento, el avión estará diseñado para soportar aterrizajes en terrenos no pavimentados. Sus alas, elaboradas con materiales compuestos, estarán situadas a gran altura para evitar daños durante las operaciones.

A diferencia de los aviones comerciales, el WindRunner tendrá alas rectas, lo que permitirá una velocidad de aterrizaje de apenas 185 km/h, similar a la de una avioneta ligera. «Queríamos una aeronave que pudiera operar en condiciones adversas y sin depender de grandes aeropuertos», explica Lundstrom.

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Con 108 metros de largo, 80 metros de envergadura y cuatro motores, la aeronave podrá aterrizar en pistas de tierra de solo 1,8 kilómetros, lo que permitirá su operación en zonas remotas, incluso dentro de los propios parques eólicos. (Crédito de foto: Radia)

Inversión millonaria y respaldo internacional

Radia, fundada en 2016, no es una startup convencional. Entre sus asesores figuran el exsecretario de Energía de Estados Unidos, Ernest Moniz, y el exprimer ministro australiano Malcolm Turnbull, lo que refuerza la solidez institucional del proyecto.

La empresa ha asegurado acuerdos con proveedores estratégicos y estima una inversión de miles de millones de dólares, con financiamiento mixto entre capital privado y programas de apoyo gubernamental. Además, la compañía no descarta aplicaciones en defensa o transporte de carga pesada, lo que ampliaría el potencial comercial del WindRunner.




Una nueva etapa para la energía eólica terrestre

El debut del avión está previsto para finales de 2029, con operaciones comerciales estimadas para 2031, tras la certificación de la Administración Federal de Aviación (FAA).

De concretarse, el WindRunner podría redefinir la logística de la energía eólica, eliminando las limitaciones geográficas y acelerando la instalación de turbinas de gran tamaño. «Nuestro objetivo no es solo volar más alto o más lejos, sino llevar la energía eólica a nuevos territorios y escalarla a nivel global», subraya Lundstrom.

Con su diseño monumental y su enfoque en sostenibilidad, el WindRunner representa una convergencia inédita entre aviación, innovación tecnológica y transición energética.

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