La doble mirada: Claves para un liderazgo consciente
En un mundo empresarial cada vez más complejo, el verdadero liderazgo no solo observa hacia afuera, sino también hacia adentro. Jonathan Golergant, rector de la UTP, invita a los líderes a ejercer una doble mirada: hacerse responsables de los resultados, propios y ajenos, como base de un liderazgo consciente y sostenible.
EYNG, 25/07/2025. El liderazgo efectivo no se define únicamente por la toma de decisiones audaces ni por la capacidad de inspirar a otros desde una visión estratégica. También implica el ejercicio continuo de autocrítica y reconocimiento del contexto. Así lo plantea Jonathan Golergant, rector de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), al proponer una «doble mirada» que todo líder debe desarrollar: mirar por la ventana para entender el entorno, y al espejo para asumir la propia responsabilidad.
En sus palabras: «Un buen líder no puede mirar solo por la ventana para identificar lo que sucede afuera; también debe mirarse al espejo y asumir su parte». Esta reflexión parte de una premisa estudiada en psicología organizacional: el error fundamental de atribución, una tendencia natural a adjudicarse los éxitos por mérito propio y atribuir los fracasos a factores externos.
El sesgo que debilita equipos
Este sesgo se manifiesta con fuerza en la dinámica corporativa: al enfrentar un fracaso, muchos líderes buscan explicaciones en el mercado, la economía o el equipo, sin detenerse a evaluar decisiones personales o fallas en el acompañamiento.
Golergant señala que también se presenta una «doble vara» cuando se juzga a los demás: los errores de otros se atribuyen a su incapacidad, mientras que sus logros se minimizan como producto de la suerte. Este enfoque no solo limita el aprendizaje individual, sino que erosiona la confianza colectiva y desmotiva a los equipos.
La «doble mirada»: Clave del liderazgo consciente
Golergant explica que el concepto de «doble mirada» se propone como una herramienta para fortalecer la cultura organizacional. Mirar por la ventana, cuando hay logros, significa reconocer el trabajo colectivo y los factores externos que contribuyeron al resultado. Por el contrario, mirar al espejo, frente a los errores, implica cuestionarse con honestidad: ¿Qué no vi? ¿Qué podría haber hecho diferente? ¿Acompañé adecuadamente al equipo?
Este enfoque requiere humildad, pero también un alto nivel de conciencia del rol del líder como facilitador del desempeño de otros. Según el rector de la UTP, «el fracaso de un colaborador no siempre es una falla individual. También puede reflejar aspectos del proceso, de la comunicación o del acompañamiento que brindamos como líderes».
Una cultura basada en la rendición de cuentas
Como puede verse, en un entorno empresarial donde el talento humano se ha vuelto el principal activo, asumir la responsabilidad de forma serena y objetiva es un paso esencial hacia el crecimiento organizacional. La rendición de cuentas no es solo un acto de control o evaluación, sino una oportunidad para construir confianza, generar aprendizaje y promover el desarrollo mutuo.
Al final, el liderazgo consciente no se trata de imponer resultados, sino de crear condiciones para que estos emerjan de manera sostenible. En tiempos de incertidumbre y transformación, mirar por la ventana y al espejo se convierte en una estrategia tan poderosa como necesaria.



