Guerra comercial impulsa a China a importar harina de soja desde Argentina
El gigante asiático concreta su primera compra de harina de soja argentina para reducir su dependencia de EE. UU. en plena guerra comercial. El acuerdo podría abrir nuevos mercados.

EYNG, 26/06/2025. En un contexto marcado por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, el gigante asiático ha dado un paso estratégico al concretar la primera compra de harina de soja a Argentina desde que autorizó sus importaciones en 2019. De acuerdo con un informe exclusivo de Reuters, varias empresas chinas del sector de alimentos balanceados firmaron un contrato conjunto para adquirir 30.000 toneladas métricas de este insumo, con envío programado para julio y arribo previsto en septiembre a la provincia de Guangdong.
Esta primera operación tiene un carácter experimental. Según un operador internacional basado en Singapur, si el cargamento supera con éxito los controles de inspección y cuarentena chinos, se abrirá la puerta a futuros acuerdos de mayor escala.
Argentina, nuevo proveedor frente a la disputa comercial China-EE. UU.
China, que es el mayor consumidor mundial de harina de soja para alimentación animal, depende en gran medida de la molienda de soja importada, principalmente desde Brasil y Estados Unidos. Sin embargo, los aranceles impuestos a los productos agrícolas estadounidenses —resultado directo de la guerra comercial iniciada durante el primer mandato del presidente Donald Trump— han impulsado a las empresas chinas a buscar alternativas más económicas y seguras.
En ese contexto, Argentina se presenta como un actor clave en esta estrategia de diversificación. El país sudamericano es el principal exportador mundial de harina y aceite de soja, lo que lo convierte en una fuente confiable para suplir la creciente demanda del mercado chino.
Precios competitivos y estrategia de contingencia
Los comerciantes consultados por Reuters también señalaron que el precio competitivo de la harina de soja argentina, cifrado en 360 dólares por tonelada en términos de costo y flete (CNF), es otro de los factores que ha motivado la operación. Este valor resulta más atractivo en comparación con los costos locales de producción en China.
Aunque la autorización oficial para importar harina de soja desde Argentina fue concedida en 2019 —después de años de resistencia por parte del gobierno chino, que buscaba proteger su industria nacional de procesamiento— no se habían concretado compras a gran escala hasta ahora. Según datos de la aduana china citados por Reuters, en 2024 se importaron unas 30.000 toneladas de harina de soja, pero la mayoría procedentes de Dinamarca, no de Argentina.
¿Se abre una nueva etapa para el comercio agrícola?
Esta operación podría marcar un punto de inflexión en el comercio agrícola internacional, especialmente si las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China se prolongan. Para empresarios del sector agroexportador y de alimentos balanceados, la decisión de China de activar compras a Argentina no solo revela una necesidad coyuntural, sino también un cambio estructural en la forma de gestionar riesgos y asegurar el abastecimiento estratégico de insumos clave.