La tormenta de Nissan: presión, pérdidas y reestructuración
Nissan enfrenta una dura crisis financiera y la presión de sus accionistas por pérdidas millonarias, recortes de personal y cuestionamientos a su gobierno corporativo.

EYNG, 24/06/2025. En su junta general anual de accionistas, Nissan Motor Co. enfrentó una fuerte ola de críticas por el deterioro de su situación financiera y la falta de acciones contundentes por parte de la alta gerencia. El contexto actual pone a prueba la capacidad del nuevo CEO, Iván Espinosa, para revertir la tendencia negativa que ha puesto en jaque la reputación y sostenibilidad de la tercera automotriz más grande de Japón.
Nueva dirección, vieja crisis
La junta fue la primera para Espinosa desde que reemplazó a Makoto Uchida en abril. A pesar de su experiencia interna, las expectativas son altas y el margen de error, estrecho. Según reportó Reuters, Nissan registró una pérdida neta de 4.500 millones de dólares en su último año fiscal. Además, se prevé una pérdida adicional de 200.000 millones de yenes (unos 1.380 millones de dólares) en el primer trimestre, sin previsión de ganancias para lo que resta del año.
La cotización bursátil refleja el panorama sombrío: las acciones de la empresa han caído un 36% en los últimos doce meses, y se han suspendido los pagos de dividendos.
Despidos masivos y cierre de plantas
Espinosa ha anunciado una reestructuración agresiva que incluye el cierre de siete plantas a nivel global y la eliminación de 20.000 empleos, equivalente al 15% de la fuerza laboral. Si bien la medida busca contener costos y redefinir la estrategia industrial de Nissan, ha generado rechazo entre los accionistas y empleados.
Un accionista criticó duramente la iniciativa, señalando que la directiva está «trasladando su responsabilidad a los trabajadores de primera línea», al priorizar la conservación de sus cargos directivos. La presión interna crece, exigiendo también una renovación en la cúpula ejecutiva.
Gobierno corporativo en entredicho
Durante la junta, se votaron propuestas impulsadas por Strategic Capital, fondo activista con sede en Tokio. Una de las más controversiales buscaba obligar a Nissan a revisar su vínculo con Nissan Shatai, filial que cotiza en bolsa y de la que posee el 50%. Aunque la propuesta fue rechazada, se espera conocer más adelante el detalle de los resultados de la votación.
Strategic Capital, que controla el 3,5% de Nissan Shatai y una pequeña participación en Nissan, cuestiona las llamadas «cotizaciones padre-hija», un esquema bajo observación por parte de la Bolsa de Tokio y los reguladores japoneses por perjudicar a los accionistas minoritarios.
Las «cotizaciones padre-hija» (en inglés, parent-subsidiary listings) son estructuras empresariales en las que una empresa matriz que cotiza en bolsa también mantiene cotizando en bolsa a una o varias de sus filiales. Es decir, tanto la empresa madre como su subsidiaria tienen acciones propias que se negocian de forma independiente en el mercado bursátil, aunque la matriz posea una participación mayoritaria en la filial.
Estas estructuras son cada vez más cuestionadas, especialmente en Japón, por varias razones, tales como:
- Conflictos de interés: La empresa matriz puede influir en las decisiones estratégicas de la filial, incluso si van en contra de los intereses de los accionistas minoritarios de esa filial.
- Gobernanza deficiente: Se considera que estas estructuras debilitan la transparencia y la rendición de cuentas, ya que la matriz tiene poder sobre la filial sin estar plenamente sujeta a la supervisión del mercado en la misma medida.
- Desvalorización del activo: Las acciones de las filiales suelen cotizar por debajo de su valor real (con descuentos de holding), lo que perjudica a los accionistas minoritarios.
- Presión de reguladores: En Japón, la Bolsa de Tokio y otros entes reguladores están presionando para eliminar estas prácticas, incentivando a las empresas a reorganizarse, ya sea fusionando filiales con la matriz o privatizándolas.
Un caso reciente que ha puesto el tema en agenda es Toyota. Este mes, la automotriz anunció la privatización de su filial Toyota Industries en una operación de 33.000 millones de dólares. Según dijo Tsuyoshi Maruki, CEO de Strategic Capital a Reuters, Toyota «sintió la presión de los accionistas y pensó que tenía que cambiar», y espera que Nissan siga el mismo camino.
Transparencia y gobernanza en el foco
En línea con las reformas de gobernanza, se propuso que Nissan modifique sus estatutos para evaluar anualmente sus vínculos con filiales listadas y comunicar las acciones previstas. Sin embargo, la junta se opuso alegando que restringiría la flexibilidad operativa de la compañía.
Esta resistencia, sumada a la negativa de ofrecer proyecciones financieras claras, ha profundizado la desconfianza de los inversores. Mientras tanto, el sector automotriz japonés se enfrenta a un cambio de paradigma, en el que la presión de los fondos activistas y la demanda de mayor transparencia se consolidan como nuevas fuerzas impulsoras del mercado.