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Tierras raras: El nuevo frente entre Beijing y Washington

La disputa por las tierras raras entre China y EE.UU. reaviva tensiones comerciales y pone en riesgo la cadena de suministro global

EYNG, 05/06/2025. Las tierras raras, grupo de minerales clave para la tecnología, defensa y transición energética, han vuelto a convertirse en un eje de tensión entre China y Estados Unidos, a pesar de la tregua comercial alcanzada en mayo de 2025. Aunque las nuevas restricciones chinas no se dirigen exclusivamente a EE.UU., la medida ha sido percibida como un retroceso en los compromisos multilaterales alcanzados recientemente.

Desde el 2 de abril, China impuso un nuevo régimen de licencias de exportación para tierras raras, obligando a todas las empresas extranjeras a obtener permisos antes de acceder a estos recursos críticos. La decisión ha generado malestar en Washington, donde se interpreta como un incumplimiento de la tregua arancelaria sellada en Ginebra.

Un recurso estratégico bajo control asiático

China no solo concentra casi la mitad de las reservas globales de tierras raras, sino que también controla más del 90 % de su procesamiento, especialmente de las llamadas «tierras raras pesadas», fundamentales en productos tecnológicos como chips, cámaras, baterías y componentes militares. En 2024, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, China procesó el 99 % de estos minerales a nivel mundial.

Gobiernos regionales chinos en zonas ricas en estos recursos —como Guangxi, Guizhou y Hunan— han intensificado inspecciones, reforzado la vigilancia sobre exportadores y endurecido los controles para combatir la minería ilegal y las exportaciones sin licencia. Estas acciones se enmarcan en políticas nacionales de seguridad y control estratégico.

Tierras raras: ¿Por qué son vitales y qué países dominan el suministro?

Impacto directo en las cadenas de suministro

El nuevo régimen ha generado un cuello de botella burocrático. Las consultoras especializadas, como Trivium China, señalan que el problema no es tanto político como operativo: una avalancha de solicitudes está siendo gestionada por muy pocos funcionarios, lo que retrasa enormemente las aprobaciones.

Este freno administrativo ha impactado directamente a las industrias tecnológicas y automotrices. Según la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (CLEPA), las restricciones chinas ya han forzado el cierre temporal de líneas de producción en Europa. En EE.UU., MEMA, el grupo que representa a proveedores de vehículos, advierte que las interrupciones podrían volverse masivas si no se actúa con rapidez.

Entre los componentes afectados por la escasez de tierras raras se encuentran motores, sensores, alternadores, cámaras y sistemas de dirección asistida, vitales para la fabricación de autos eléctricos y modernos. La empresa Ford, por ejemplo, interrumpió en mayo la producción de su SUV Explorer debido a la falta de estos materiales.

EE.UU. reacciona: Trump busca reactivar producción local

En respuesta, Reuters informó que tuvo acceso a un documento oficial en da cuenta de que el presidente Donald Trump tiene la intención de invocar la Ley de Producción de Defensa, permitiéndole flexibilizar requisitos legales para incentivar la minería nacional de minerales estratégicos. Esta ley, usada anteriormente durante la pandemia por Joe Biden, otorga al mandatario poderes para intervenir directamente en sectores clave en situaciones de emergencia nacional.

Trump apuntaría a recortar plazos, eliminar aprobaciones del Congreso y acelerar inversiones en minería local, buscando reducir la dependencia de China en el mediano plazo. No obstante, expertos como John Paul Helveston, de la Universidad George Washington, advierten que estas inversiones tomarán años, y que EE.UU. deberá mantener la cooperación comercial con China si desea acceso continuo a tierras raras.

Incertidumbre comercial y tensión geopolítica

La tregua firmada en mayo entre China y EE.UU. redujo drásticamente los aranceles (de 145 % a 30 % por parte estadounidense y de 125 % a 10 % por parte china) e incluyó compromisos de diálogo bilateral. Sin embargo, la falta de claridad sobre si las restricciones a tierras raras están incluidas entre las «otras medidas» del acuerdo ha generado interpretaciones encontradas.

Mientras Beijing defiende el sistema de licencias como una medida aplicable a todos los países y justificada por razones de seguridad nacional, en Washington se percibe como un acto contrario al espíritu del pacto. La polémica amenaza con escalar, afectando no solo la relación bilateral sino también la estabilidad de las cadenas de suministro globales.

La volatilidad comercial, más allá de los aranceles, se ha convertido en la nueva constante del comercio internacional. Según Trivium China, tanto empresas como gobiernos deben incorporar este nuevo escenario como parte de su planificación estratégica.

¿Estamos ante una nueva era de dependencia estratégica?

Las tierras raras han dejado de ser solo un tema técnico de minería para convertirse en un asunto geopolítico de primer orden. La batalla por el control de estos recursos fundamentales marca un nuevo capítulo en la rivalidad entre potencias. Para los empresarios, especialmente en sectores como tecnología, defensa y automoción, el acceso estable a estos materiales se ha vuelto una prioridad crítica.

En este contexto, la diversificación de proveedores, la inversión en reciclaje de materiales y la exploración de nuevos yacimientos fuera de Asia son más necesarias que nunca. Sin embargo, mientras tanto, la dependencia estructural de China sigue siendo un desafío sin resolver.

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