Economía global: OCDE rebaja perspectivas de crecimiento
La OCDE advierte que el crecimiento económico mundial se desacelerará en 2025 y 2026, debido a tensiones políticas, barreras comerciales e inflación. Se destaca la urgencia de reformas para estimular la inversión y la competitividad.

EYNG, 03/06/2025. Las perspectivas de crecimiento económico mundial están experimentando un cambio significativo. De acuerdo con el reciente informe Perspectivas Económicas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), publicado hoy, las proyecciones muestran que el crecimiento global se moderará del 3.3% en 2024 a un 2.9% en 2025 y se mantendrá en ese nivel en 2026. Esta desaceleración es atribuible a una combinación de factores que están afectando la dinámica económica internacional.
Según el informe, por un lado, las tensiones políticas y comerciales están debilitando las inversiones y reduciendo la confianza tanto de consumidores como de empresarios. Por otro lado, el endurecimiento de las condiciones financieras y el aumento de los aranceles están generando presiones inflacionarias en varios países.
Estados Unidos, Europa y China: motores que pierden impulso
El informe detalla que esta ralentización será más notable en algunas de las principales economías del mundo. En Estados Unidos, se espera que el crecimiento del PIB caiga del 2.8% en 2024 al 1.6% en 2025, y luego al 1.5% en 2026. En la zona euro, aunque se proyecta un leve repunte, este pasará del 0.8% en 2024 al 1.0% en 2025 y al 1.2% en 2026. Por su parte, China verá moderado su crecimiento del 5.0% en 2024 al 4.3% en 2026.
Estos datos reflejan, según el análisis, que incluso los motores tradicionales del crecimiento mundial están perdiendo tracción, lo que genera preocupación en los mercados internacionales.
Crecimiento real del PIB en 2024 y proyecciones para 2025 y 2026 – Países del G20
%, variación interanual

Inflación persistente y tensiones comerciales
Además, el análisis resalta que el incremento de aranceles y las nuevas barreras al comercio están afectando los costos globales. En ese sentido, la OCDE advierte que, aunque los precios de las materias primas muestran cierta debilidad, las tensiones comerciales continúan alimentando la inflación, especialmente en las economías más expuestas. En el conjunto del G-20, se espera que la inflación anual general pase del 6.2% en 2024 al 3.6% en 2025 y al 3.2% en 2026.
En este contexto, Mathias Cormann, secretario general de la OCDE, señaló que «la economía mundial ha dejado atrás un periodo de crecimiento resiliente y de descenso de la inflación, para adentrarse en una senda más incierta». Asimismo, subrayó que «la incertidumbre política actual está debilitando el comercio y la inversión, minando la confianza empresarial y las perspectivas de crecimiento».
Factores de riesgo que nublan el panorama
El informe también destaca riesgos adicionales que podrían agravar la situación económica. Entre ellos se encuentran la posibilidad de que se intensifiquen las tensiones comerciales, con nuevas subidas de aranceles y medidas de represalia, lo que podría alterar las cadenas de suministro globales. Además, la inflación podría mantenerse por encima de lo previsto, especialmente en países con mercados laborales tensionados o que enfrentan costos comerciales más altos.
Otro aspecto preocupante es el aumento de la deuda pública y los mayores pagos que esta conlleva, lo que podría limitar la capacidad fiscal de los gobiernos para responder a futuros desafíos. A ello se suma que, aunque los mercados bursátiles se han recuperado de caídas recientes, persiste una elevada volatilidad que añade incertidumbre al panorama económico.
Reformas estructurales: la clave para revitalizar la economía global
Sin embargo, no todo son sombras. La OCDE también identifica posibles vías de solución. Por ejemplo, una eliminación progresiva de las barreras comerciales podría impulsar el crecimiento global y moderar las presiones inflacionarias. Asimismo, una resolución pacífica de conflictos como la guerra en Ucrania o las tensiones en Oriente Medio podría restaurar la confianza y estimular nuevas inversiones.
En esta línea, Álvaro Santos Pereira, economista jefe de la OCDE, destacó que «la adopción de un programa ambicioso de reformas estructurales que potencie la inversión empresarial, la innovación y la productividad puede construir una economía global más fuerte para el siglo XXI». Además, subrayó la importancia de fortalecer la inversión pública, que aún se mantiene débil, y de reactivar la inversión en sectores como vivienda y digitalización.
«La inversión ha ido disminuyendo desde la crisis financiera mundial y ha estado lastrando el crecimiento. El aumento de la inversión en la economía digital y basada en el conocimiento refleja una evolución positiva, pero la inversión pública sigue estancada y la inversión en vivienda no logra satisfacer la demanda», puntualizó.
Un escenario desafiante que requiere respuestas audaces
En definitiva, la economía global enfrenta un escenario lleno de desafíos y riesgos. La combinación de tensiones políticas, fragmentación comercial y presiones inflacionarias exige que los gobiernos adopten reformas estructurales ambiciosas y colaboren internacionalmente para sostener el crecimiento. Al mismo tiempo, los bancos centrales deberán vigilar de cerca la evolución de la inflación y ajustar sus políticas monetarias según sea necesario.
Las perspectivas económicas globales reflejan que, aunque los desafíos son significativos, también existen oportunidades para reactivar la confianza y encaminar la economía mundial hacia un crecimiento sostenible.
Crecimiento real del PIB en 2024 y proyecciones para 2025 y 2026 – Países de la OCDE
%, variación interanual
