¿Guerra a la vista? Las raíces del conflicto entre India y Pakistán
La muerte de 26 turistas hindúes desató una escalada militar entre dos potencias con décadas de enemistad.

EYNG, 12/05/2025. El 7 de mayo de 2025, India lanzó la «Operación Sindoor», una serie de ataques aéreos contra objetivos en Pakistán y Cachemira administrada por Pakistán, en represalia por el atentado del 22 de abril en Pahalgam, donde murieron 26 turistas hindúes. India atribuyó el ataque a grupos militantes respaldados por Pakistán, específicamente Lashkar-e-Taiba y Jaish-e-Mohammed. Pakistán negó su implicación y respondió con la «Operación Bunyān Mārsūs», lanzando misiles contra instalaciones militares en India. Ambas naciones, poseedoras de armas nucleares, han reportado víctimas civiles y militares, y se han acusado mutuamente de violar el alto el fuego acordado el 10 de mayo. La comunidad internacional, liderada por Estados Unidos, ha instado a la desescalada del conflicto.
A continuación, exploramos las raíces históricas de este conflicto persistente.
Tensión permanente: Las raíces del conflicto entre India y Pakistán
Desde su independencia en 1947, ambos países han vivido enfrentamientos constantes marcados por disputas territoriales, especialmente por Cachemira.
India y Pakistán, dos potencias nucleares del sur de Asia, mantienen una relación caracterizada por la desconfianza mutua, los enfrentamientos militares y una prolongada tensión diplomática. Aunque no se encuentran actualmente en una guerra declarada, el conflicto entre ambas naciones sigue activo a través de escaramuzas fronterizas, discursos beligerantes y una rivalidad histórica con repercusiones regionales e internacionales.
El origen: La partición de 1947
La raíz del conflicto se remonta a la partición del subcontinente indio en 1947, cuando el Imperio británico otorgó la independencia a la India y simultáneamente creó el nuevo Estado de Pakistán. Esta división provocó desplazamientos masivos de población, violencia sectaria y la disputa por el control de territorios con mayoría musulmana o hindú.

El principal foco de conflicto fue el estado principesco de Cachemira, gobernado por un maharajá hindú pero con mayoría musulmana en su población. Tras la independencia, el maharajá decidió adherirse a India, lo que desencadenó la primera guerra indo-pakistaní (1947-1948). Desde entonces, Cachemira ha estado dividida entre ambos países, pero reclamada en su totalidad por cada uno.
Guerras y tensiones armadas
India y Pakistán han librado tres guerras principales relacionadas con Cachemira:
- 1947-1948: Terminó con la creación de la Línea de Control (LoC), una frontera de facto que divide la región.
- 1965: Una nueva guerra por Cachemira concluyó sin cambios territoriales significativos, pero agravó la rivalidad.
- 1971: Aunque no directamente vinculada a Cachemira, esta guerra se libró por la independencia de Bangladesh (entonces Pakistán Oriental) y terminó con la victoria de India.
Además, han ocurrido numerosos incidentes armados menores a lo largo de la Línea de Control y acusaciones cruzadas de apoyo a grupos insurgentes en Cachemira.
Cachemira: Territorio disputado
La región de Cachemira sigue siendo el principal punto de fricción. India controla dos tercios del territorio (Jammu y Cachemira, y Ladakh), mientras Pakistán controla la parte restante (Azad Cachemira y Gilgit-Baltistán). China también administra una pequeña parte del territorio, lo que añade complejidad al conflicto.
En 2019, el gobierno indio revocó el estatus especial de Jammu y Cachemira, lo que generó una fuerte protesta por parte de Pakistán. Desde entonces, se han incrementado los controles militares, las restricciones a las comunicaciones y las denuncias de violaciones de derechos humanos en la región.
El factor nuclear y la amenaza regional
Tanto India como Pakistán poseen armas nucleares desde finales de los años noventa. Este hecho ha actuado como un factor de disuasión ante una guerra a gran escala, pero también ha elevado la preocupación internacional ante cualquier posible escalada.
En 2001 y 2008, atentados terroristas en suelo indio —atribuidos a grupos con base en Pakistán— estuvieron a punto de desencadenar nuevas guerras. El más grave fue el ataque de Mumbai en 2008, que dejó más de 170 muertos y tensó al máximo las relaciones diplomáticas.
Conflicto latente
Aunque no existe una guerra declarada en la actualidad, los enfrentamientos esporádicos, las denuncias de violaciones de la Línea de Control, los discursos nacionalistas y las tensiones diplomáticas mantienen vivo el conflicto. La situación en Cachemira continúa siendo altamente volátil, con presencia militar intensiva, restricciones a la población civil y escasa cooperación entre los gobiernos.
India y Pakistán han sostenido algunos intentos de diálogo y acuerdos de alto al fuego en el pasado, pero estos se han roto repetidamente. La posibilidad de una solución duradera depende de múltiples factores, incluyendo la voluntad política de ambos gobiernos y la estabilidad interna de la región.
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