
EYNG, 02/04/2025. En un giro sin precedentes en la política comercial de Estados Unidos, el presidente Donald Trump lanzó este miércoles el mayor paquete de aranceles en la historia reciente. Esta medida incluye un arancel base del 10% para todos los países, además de tarifas significativamente más altas para naciones con las que Washington mantiene mayores déficits comerciales. En algunos casos, las tasas llegan hasta el 50%, generando incertidumbre entre empresarios de todo el mundo y provocando reacciones inmediatas en las principales capitales del planeta.
Aranceles por país: El mapa del nuevo proteccionismo
Trump ha optado por aplicar una estructura diferenciada de aranceles. La Unión Europea enfrentará una tarifa del 20%, mientras que China sufrirá un nuevo arancel del 34%, que se sumará al ya existente 20%, totalizando un 54%. Vietnam (46%), Camboya (49%), Tailandia (36%), y Taiwán (32%) también figuran entre los países más afectados.
Latinoamérica no ha quedado al margen: Perú, Colombia, Chile, Argentina, Ecuador y otros países recibirán una tarifa del 10%, mientras que Nicaragua enfrentará un 18%, y Venezuela un 15%.
Además, Trump cerrará la excepción «de minimis», que permitía importar productos de pequeño valor desde China sin pagar aranceles, afectando directamente a empresas como Shein y Temu, cuyo modelo de negocio depende de estas operaciones de bajo costo.
Un golpe a los principios del libre comercio
Esta ofensiva comercial rompe con décadas de consenso en torno al libre comercio, principio que ha regido las relaciones económicas internacionales desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Durante su primer mandato, Trump fue contenido por asesores como Gary Cohn, quien evitó que firmara medidas similares. Hoy, sin esas restricciones, el presidente ha decidido restablecer barreras arancelarias al nivel de la Gran Depresión.
Tal como advierte el economista y premio Nobel Paul Krugman, citado por El País, los objetivos planteados por Trump —recaudar fondos para bajar el resto de impuestos, proteger la industria local y evitar inflación— son difíciles de compatibilizar. Según el experto, para que los ciudadanos compren productos nacionales, los bienes importados deben encarecerse, lo que genera presión inflacionaria. Pero si la inflación sube, se compromete el poder adquisitivo, lo que podría provocar una recesión.
Riesgo de estanflación y desequilibrio financiero
De otro lado, un análisis de TS Lombard señala que el déficit comercial estadounidense está directamente relacionado con el superávit financiero, necesario para sostener su elevada deuda pública. En ese sentido, si se limita la entrada de divisas mediante restricciones comerciales, la Reserva Federal (FED) podría verse obligada a aumentar las tasas de interés para atraer capitales, lo que a su vez elevaría los costos del crédito y frenaría la inversión.
Este escenario, advierte TS Lombard, abre la puerta a una posible estanflación, fenómeno que combinó inflación y estancamiento en los años 70 y que devastó las economías desarrolladas.
Reacciones globales ante aranceles: Diplomacia frente al proteccionismo
Los líderes mundiales no tardaron en reaccionar. En España, el presidente Pedro Sánchez convocó a sindicatos y empresarios para diseñar una respuesta que proteja a los sectores más vulnerables. Por su parte, desde Reino Unido, Keir Starmer instó a buscar soluciones diplomáticas y evitar respuestas impulsivas. A su vez, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, advirtió que estas medidas perjudican incluso a quien las impone y abogó por reabrir canales de negociación.
De otro lado, en México, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que este jueves presentará un plan de fortalecimiento económico ante las nuevas barreras impuestas por Washington. A su vez, desde Francia, Emmanuel Macron, cuestionó la utilidad económica y geopolítica de los aranceles, recordando que los principales aliados de EE.UU. serán los primeros en sentir el golpe.
Una doctrina arraigada en el pensamiento de Trump
Lejos de ser una improvisación, esta política arancelaria responde a una visión que Donald Trump ha sostenido durante décadas. Desde los años 80, ha defendido la idea de que el comercio internacional perjudica a EE.UU., incluso cuando se trata de sus aliados. Su diagnóstico: el crecimiento de otras economías ha sido posible gracias al «saqueo» de Estados Unidos, lo que, según él, explica el endeudamiento público norteamericano.
En un discurso que mezcla historia y ficción económica, Trump afirmó que antes de la creación del impuesto a la renta en 1916, EE.UU. «nadaba en dinero» gracias a los aranceles. Su objetivo ahora es replicar ese modelo para recaudar «billones» y pagar la deuda, ignorando que quienes pagan esos aranceles son los consumidores y no los países exportadores.
Impacto para empresarios: Desafíos y oportunidades
Para los empresarios, el nuevo escenario plantea enormes desafíos: aumento de costos de importación, cambios en cadenas de suministro globales, y mayor incertidumbre regulatoria. Sin embargo, también abre oportunidades para quienes produzcan localmente o diversifiquen mercados. La clave será la capacidad de adaptarse rápidamente a un entorno internacional volátil, fragmentado y en constante redefinición.
Como señala el economista Dani Rodrik, este tipo de medidas genera efectos dominó: si otros países replican las políticas proteccionistas, se corre el riesgo de entrar en una espiral de represalias que termine sofocando el comercio global.