La OCDE prevé una desaceleración económica global
La OCDE advierte sobre una desaceleración económica global debido a la guerra comercial y la inflación. Descubra cómo estas proyecciones afectarán a las empresas y qué estrategias adoptar para enfrentar el 2025 con éxito.

EYNG, 17/03/2025. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha actualizado sus Perspectivas Económicas Provisionales, proyectando una desaceleración del crecimiento mundial en los próximos años. Según el informe, el Producto Interno Bruto (PIB) global crecerá un 3,1% en 2025 y un 3,0% en 2026, lo que representa una disminución con respecto a años anteriores. Este escenario se ve influenciado por factores como el endurecimiento de las condiciones monetarias, la persistencia de la inflación y el impacto de la guerra comercial impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Las proyecciones económicas varían significativamente entre regiones. Mientras que Estados Unidos experimentará una desaceleración de su crecimiento económico del 2,2% en 2025 al 1,6% en 2026, la eurozona apenas alcanzará el 1,0% en 2025 y el 1,2% en 2026. En Asia, China también verá reducido su crecimiento del 4,8% en 2025 al 4,4% en 2026, en medio de una menor demanda global y una transición hacia un modelo económico más basado en el consumo interno.
Proyecciones de crecimiento del PIB real para 2024, 2025 y 2026
%, año tras año

Impacto de la guerra comercial en la economía global
Uno de los principales factores que afectan las proyecciones económicas de la OCDE es la intensificación de la guerra comercial. Desde su regreso a la presidencia, Donald Trump ha implementado una serie de medidas proteccionistas, aumentando los aranceles a productos chinos y europeos, lo que ha generado represalias comerciales.
Este conflicto está afectando especialmente a las economías dependientes del comercio exterior. En América del Norte, Canadá y México han sido golpeados por las nuevas restricciones comerciales, lo que ha derivado en un crecimiento más lento e incluso en la posibilidad de una recesión en sectores clave como la manufactura y la exportación de bienes industriales. La OCDE estima que la economía mexicana, por ejemplo, podría contraerse un 1,3% en 2025 y un 0,6% en 2026, mientras que la canadiense apenas crecería un 0,7% en esos años.
En Europa, el impacto se refleja en una menor confianza empresarial y un enfriamiento del comercio intraeuropeo. Las economías más industrializadas, como Alemania y Francia, ya han experimentado una disminución en sus proyecciones de crecimiento.
Por su parte, en Asia, China enfrenta una caída en sus exportaciones debido a la menor demanda de EE.UU. y Europa, lo que está obligando al gigante asiático a acelerar su transición económica hacia un modelo más basado en el consumo interno y la tecnología.
Inflación y políticas monetarias: un reto para los bancos centrales
Otro aspecto clave del informe de la OCDE es la persistencia de la inflación en niveles más altos de lo esperado. Aunque la inflación de bienes ha comenzado a moderarse, los servicios mantienen precios elevados debido a la rigidez de los mercados laborales.
La OCDE prevé que la inflación en las economías del G20 se sitúe en 3,8% en 2025 y 3,2% en 2026, lo que representa un ajuste al alza respecto a estimaciones anteriores. Este fenómeno ha generado incertidumbre en los bancos centrales, que deben equilibrar la necesidad de controlar la inflación con el objetivo de evitar una desaceleración abrupta del crecimiento.
Si bien algunos países han comenzado a reducir sus tasas de interés, la OCDE advierte que un aumento en los costos comerciales debido a la guerra arancelaria podría presionar nuevamente los precios al alza. En este contexto, los bancos centrales deberán actuar con prudencia y monitorear de cerca la evolución de los mercados.
Riesgos para la estabilidad financiera
Las perspectivas económicas también destacan una serie de riesgos para la estabilidad financiera global. Entre ellos, la OCDE menciona:
- Volatilidad macroeconómica: Un crecimiento más débil de lo esperado, cambios abruptos en las políticas monetarias o una inflación fuera de control podrían generar importantes fluctuaciones en los mercados financieros.
- Altos niveles de deuda pública y privada: Muchas economías han acumulado elevados niveles de deuda en los últimos años, lo que podría limitar su capacidad de respuesta ante una crisis económica.
- Valoraciones excesivas en los mercados de activos: La OCDE advierte que algunos mercados bursátiles han alcanzado niveles de sobrevaloración, lo que aumenta el riesgo de correcciones abruptas.
Recomendaciones de la OCDE para mitigar el impacto económico
Para enfrentar estos desafíos, la OCDE recomienda una serie de medidas clave que los gobiernos y empresas deben adoptar:
- Política fiscal prudente: Se requiere una estrategia fiscal responsable que garantice la sostenibilidad de la deuda y permita reaccionar ante futuras crisis. Los países deben reasignar el gasto público hacia sectores estratégicos y evitar déficits excesivos.
- Reformas estructurales: La OCDE insiste en la necesidad de mejorar la productividad mediante reformas que impulsen la competencia, eliminen barreras regulatorias y fomenten la inversión en tecnología.
- Educación y capacitación: Mejorar la educación y el desarrollo de competencias es crucial para garantizar una fuerza laboral preparada para los desafíos del futuro.
- Aprovechamiento de la inteligencia artificial (IA): La OCDE destaca que la IA puede ser una herramienta clave para aumentar la productividad. Sin embargo, su impacto dependerá de las políticas que faciliten su adopción y la reasignación del empleo.
Según Álvaro Santos Pereira, economista jefe de la OCDE, «la IA podría impulsar significativamente el crecimiento de la productividad laboral en la próxima década», pero advierte que los beneficios podrían verse limitados si los gobiernos no implementan políticas adecuadas para su adopción.
Estrategias para empresarios ante el panorama económico global
Dado el contexto económico proyectado por la OCDE, los empresarios deben prepararse para operar en un entorno más desafiante. Algunas estrategias clave incluyen:
- Diversificación de mercados: Reducir la dependencia de mercados afectados por restricciones comerciales puede mitigar riesgos. Buscar oportunidades en economías emergentes con menor exposición a la guerra comercial es una opción viable.
- Optimización de costos: Implementar tecnologías que mejoren la eficiencia operativa y reduzcan costos permitirá a las empresas mantenerse competitivas.
- Inversión en innovación y desarrollo: Apostar por productos y servicios diferenciados puede abrir nuevas oportunidades de mercado.
- Gestión de riesgos financieros: Monitorear la evolución de la inflación y las políticas monetarias ayudará a tomar decisiones estratégicas sobre financiamiento y manejo de deuda.
- Fortalecimiento del talento humano: Invertir en la capacitación del personal permitirá a las empresas adaptarse mejor a un entorno cambiante y aprovechar las oportunidades que ofrece la transformación digital.
En conclusión, la OCDE advierte sobre una desaceleración del crecimiento económico global debido a factores como la guerra comercial, la inflación persistente y la incertidumbre política. Sin embargo, con una adecuada planificación estratégica y una visión de largo plazo, las empresas pueden encontrar oportunidades para seguir creciendo en un entorno complejo. La clave estará en la diversificación, la eficiencia operativa, la innovación y la gestión prudente del riesgo financiero.