Crisis del arroz en Cuba: Producción cae a mínimos históricos
La isla solo produjo el 11 % del arroz que consume en 2024, profundizando su crisis agrícola y aumentando su dependencia del mercado externo.

EYNG, 04/03/2025. La producción de arroz en Cuba ha caído a niveles alarmantes. En 2024, la isla apenas cosechó 80.000 toneladas, lo que representa solo el 11 % de su consumo anual y un 30 % de lo producido en 2018, según el diario oficial Granma. Esta situación refleja la profunda crisis que atraviesa el sector agrícola cubano, afectado por la falta de insumos, combustible y una economía cada vez más debilitada.
Un declive acelerado en la producción de arroz
El arroz es un alimento esencial en la dieta cubana. Sin embargo, su producción ha disminuido drásticamente en los últimos años. Entre 2012 y 2018, el país logró aumentar su cosecha hasta 304.000 toneladas, pero desde entonces, la tendencia ha sido a la baja. En la actualidad, cada hectárea de cultivo genera apenas una tonelada de arroz, cuando en 2018 se obtenían más de dos toneladas por hectárea.
Orlando Linares Morell, presidente del Grupo Agrícola del Ministerio de la Agricultura de Cuba (Minag), explicó que el problema radica en la falta de insumos y combustible, lo que impide el mantenimiento adecuado de las plantaciones. La crisis energética y la escasez de fertilizantes han afectado no solo el arroz, sino también otros cultivos clave como la caña de azúcar y el frijol.
Dependencia de las importaciones y presión sobre la economía
El desplome de la producción interna ha obligado al gobierno cubano a importar la totalidad del arroz que distribuye a través de la libreta de abastecimiento. Esto ha significado un fuerte impacto económico, ya que la isla importa alrededor del 80 % de los alimentos que consume, según datos de Naciones Unidas.
Las dificultades para obtener divisas han complicado aún más la situación. La economía cubana enfrenta una caída en los ingresos por turismo y remesas, lo que limita la capacidad del país para comprar productos en el exterior. Se estima que el gobierno destina anualmente unos 1.600 millones de dólares a la importación de alimentos y cerca de 2.000 millones a la compra de petróleo y sus derivados.
Esta realidad ha llevado a un incremento en los precios de los alimentos, generando un impacto directo en la población. Además, la escasez de productos esenciales ha provocado un mercado negro en crecimiento y una inflación descontrolada.
Planes para 2025: ¿hay solución a la crisis?
Para 2025, el gobierno cubano prevé aumentar la superficie cultivada de arroz con el objetivo de alcanzar las 100.000 toneladas. No obstante, los expertos advierten que esta meta es insuficiente para cubrir la demanda nacional y que la productividad sigue siendo baja.
El desafío radica en la necesidad de mejorar la infraestructura agrícola y garantizar el acceso a insumos básicos. Sin inversiones significativas y una estrategia de desarrollo más eficiente, la crisis en la producción de arroz podría prolongarse por varios años más.
Impacto en el sector empresarial: Oportunidades y desafíos
El declive de la producción agrícola en Cuba no solo afecta a la población, sino también al sector empresarial. Esta crisis abre nuevas oportunidades para inversionistas privados, especialmente en áreas como:
- Tecnología agrícola: La modernización de la infraestructura y la implementación de sistemas de riego eficientes podrían ayudar a mejorar los rendimientos.
- Importación y distribución de insumos: La demanda de fertilizantes, semillas y maquinaria sigue en aumento, creando un mercado potencial para proveedores externos.
- Inversiones en producción local: El desarrollo de cooperativas privadas y asociaciones agrícolas podría reducir la dependencia de las importaciones y fortalecer la seguridad alimentaria del país.
Si bien el contexto político y económico de Cuba limita las inversiones extranjeras, los cambios en la legislación en los últimos años han permitido mayor participación del sector privado en la producción de alimentos. Empresas y emprendedores que logren navegar este complejo panorama podrían encontrar nichos de mercado rentables en el país.
En conclusión, Cuba enfrenta una crisis agrícola sin precedentes, con una caída significativa en la producción de arroz y una creciente dependencia de las importaciones. Las dificultades económicas del país han agravado la situación, generando inflación, escasez de productos básicos y presión sobre las finanzas públicas.