Economía de América Latina: Banco Mundial sube proyecciones, pero…
El informe del Banco Mundial sobre América Latina en 2024 destaca un crecimiento moderado y la necesidad urgente de reformas estructurales para aprovechar oportunidades como el nearshoring y la transición verde.
EYNG, 10/10/2024. América Latina y el Caribe enfrentan un panorama económico desafiante para 2024, con un crecimiento proyectado de apenas el 1.9%, según el reciente informe del Banco Mundial, titulado «Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento». Si bien esta cifra supera ligeramente estimaciones anteriores, la región continúa mostrando un desempeño inferior en comparación con otras partes del mundo. Las proyecciones para 2025 sitúan el crecimiento en un 2.6%, pero persisten obstáculos estructurales que impiden un avance significativo.
Uno de los factores clave que podría influir positivamente en la economía regional es la reciente decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de reducir las tasas de interés, lo que brindaría cierto alivio. Además, el control de la inflación en varios países latinoamericanos, gracias a una gestión macroeconómica efectiva, es otro paso positivo. Brasil y Perú, por ejemplo, están en camino de cumplir sus metas de inflación para 2024, y otras economías importantes se espera que sigan ese mismo curso.
Economía de América Latina: Perspectivas de crecimiento
Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, destaca que «la región ha logrado avances en la estabilización macroeconómica». Sin embargo, enfatiza que es el momento de aprovechar estos logros para atraer inversión, fomentar la innovación y mejorar el capital humano, con el objetivo de generar más empleos de calidad y romper con el ciclo de bajo crecimiento.
La baja inversión y el desaprovechamiento del nearshoring
A pesar de algunas mejoras, el informe resalta que tanto la inversión pública como la privada en América Latina y el Caribe siguen siendo considerablemente bajas. Además, los países no están capitalizando al máximo las oportunidades que brinda el nearshoring. La inversión extranjera directa (IED) se mantiene en niveles más bajos que los observados hace más de una década, mientras que los anuncios de nuevas inversiones se están dirigiendo a otras regiones más competitivas.
Aunque la región cuenta con salarios atractivos en comparación con China y otros destinos de manufactura, sigue enfrentando barreras como altos costos de capital, un sistema educativo débil, energía insuficiente y una infraestructura deficiente. Estos factores, sumados a la inestabilidad social, reducen el atractivo de América Latina como destino de nearshoring.
William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina, señala que para aprovechar las oportunidades actuales, es necesario implementar reformas estructurales que aumenten la productividad y competitividad de la región. Esto implica, entre otras medidas, mejorar la eficiencia gubernamental, reducir la carga fiscal sobre los sectores productivos y generar un mayor espacio fiscal para invertir en áreas clave como la educación y la infraestructura.
Impuestos a la riqueza: Un camino hacia la equidad y el crecimiento sostenible
El informe del Banco Mundial también aborda el tema de la deuda en la región, que ha escalado al 62.8% del PIB en 2024, frente al 59.1% en 2019. Este nivel de endeudamiento limita la capacidad de los gobiernos para invertir en desarrollo. Para generar el espacio fiscal necesario, se propone una reforma de los impuestos a la riqueza como una solución viable. Actualmente, América Latina recauda solo el 2.7% de sus ingresos a través de estos impuestos, muy por debajo de las cifras observadas en América del Norte (12.8%) o Europa occidental (4.3%).
Una de las vías que se podrían explorar es la mejora en la recaudación de los impuestos a la propiedad, que actualmente representan solo el 2% de los ingresos fiscales en la región, a pesar de que el 80% de la riqueza está concentrada en bienes raíces. Según el informe, si estos impuestos se gestionaran de manera más efectiva, podrían contribuir hasta un 3% del PIB, fortaleciendo significativamente la capacidad de los gobiernos para financiar el desarrollo.
Finalmente, se advierte que cualquier reforma tributaria debe ser cuidadosamente diseñada para garantizar que sea progresiva y no sobrecargue a los propietarios de bajos ingresos, al mismo tiempo que incentive un uso más productivo y sostenible de la tierra.
El momento de actuar es ahora
América Latina enfrenta una encrucijada económica. Si bien hay logros importantes, como el control de la inflación y el manejo de la macroeconomía, los desafíos estructurales siguen presentes. La región debe aprovechar las oportunidades que ofrece la transición verde y el nearshoring, pero esto requiere reformas estructurales profundas. Solo así podrá alcanzar un nivel de crecimiento sostenido y competir eficazmente en la economía global.
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