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El legado de Alberto Fujimori: Estabilidad, paz y crecimiento en Perú

EYNG, 12/09/2024. El expresidente peruano Alberto Fujimori falleció ayer a los 86 años, dejando tras de sí un legado profundamente marcado por sus logros en la lucha contra el terrorismo, la estabilidad económica y la modernización del país. Durante sus diez años en el poder, Fujimori transformó a Perú en varios aspectos clave, aunque su mandato también estuvo plagado de controversias.

Derrota del terrorismo y seguridad interna

Fujimori asumió la presidencia en 1990, en uno de los momentos más oscuros de la historia peruana, cuando el país se encontraba sumido en una crisis de violencia política causada por los grupos terroristas como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Su gobierno implementó una política de «mano dura», creando un grupo especial de inteligencia conocido como el GEIN, que desempeñó un rol crucial en la lucha contra el terrorismo.

Uno de los hitos más significativos de su administración ocurrió en 1992, cuando las fuerzas especiales lograron la captura de Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso. Este evento marcó el inicio del declive de la actividad terrorista en el país, devolviendo la seguridad a muchas regiones afectadas y reduciendo la influencia del grupo.

Paz con Ecuador

Otro de los logros más notables de Fujimori fue la negociación del tratado de paz con Ecuador. En 1995, ambos países se enfrentaron en un breve conflicto armado debido a disputas fronterizas no resueltas. Fujimori, junto al presidente ecuatoriano Jamil Mahuad, lideró los esfuerzos diplomáticos que culminaron en la firma del Acuerdo de Paz de Brasilia en 1998, estableciendo así los límites definitivos entre ambos países y poniendo fin a décadas de tensiones.

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(Foto: GI)

Políticas económicas: Un viraje hacia el neoliberalismo

El gobierno de Fujimori fue caracterizado por su enfoque en políticas económicas neoliberales, que incluyeron la privatización de empresas estatales, la reducción de aranceles y la apertura del mercado a la inversión extranjera. Estos cambios fueron parte de un programa de ajuste estructural que logró reducir significativamente la inflación, la cual había alcanzado niveles alarmantes antes de su mandato.

Gracias a estas reformas, la economía peruana experimentó un crecimiento considerable durante los años 90, y la estabilidad económica que introdujo permitió la recuperación del país después de la hiperinflación y el colapso financiero que lo azotó en los años previos. No obstante, estas políticas también generaron críticas, ya que algunos sectores sociales fueron desfavorecidos por la reducción de los programas sociales.


¿En qué consistió el «Fujishock» y qué consecuencias tuvo?


Modernización de la infraestructura y la educación

En términos de infraestructura, el mandato de Fujimori vio un gran impulso en la modernización del país. Se construyeron carreteras, autopistas y puentes, lo que mejoró significativamente la conectividad en zonas rurales y urbanas, facilitando el comercio y reduciendo las brechas entre las distintas regiones del país.

Asimismo, Fujimori impulsó una reforma educativa que buscaba mejorar la calidad del sistema educativo en Perú. Bajo su administración, se implementaron programas de capacitación docente, se actualizaron los planes de estudio y se invirtió en infraestructura escolar. Estas medidas buscaban mejorar el acceso y la calidad de la educación, aunque las críticas hacia su gobierno señalan que estos cambios no fueron suficientes para abordar las profundas desigualdades en el sector educativo.

Controversias y caída del gobierno

A pesar de estos logros, el mandato de Fujimori estuvo lejos de ser perfecto. Su gobierno se vio marcado por serios cuestionamientos en materia de derechos humanos, especialmente en relación con las acciones del grupo paramilitar Colina, que cometió diversas violaciones durante la lucha antiterrorista. Además, en el año 2000, un escándalo de corrupción conocido como el «Vladivideo» reveló los nexos entre su gobierno y actos ilícitos cometidos por su asesor, Vladimiro Montesinos, lo que llevó a la renuncia de Fujimori y su posterior huida a Japón.

En 2005, fue arrestado en Chile y extraditado a Perú, donde fue condenado a 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos y corrupción. A pesar de ello, su figura sigue siendo admirada por muchos peruanos que valoran los avances que logró en el país.

Biografía de Alberto Fujimori

Alberto Kenya Fujimori Inomoto nació el 28 de julio de 1938 en Lima, Perú, en el seno de una familia de inmigrantes japoneses. Sus padres, Naochi Fujimori y Mutsue Inomoto, llegaron al Perú en la década de 1930, escapando de las dificultades económicas de Japón. Fujimori creció en el barrio limeño de Barrios Altos, y desde joven demostró ser un estudiante destacado.

Se graduó como ingeniero agrónomo en la Universidad Nacional Agraria La Molina y luego continuó sus estudios en Francia, donde cursó una especialización en Física en la Universidad de Estrasburgo. Posteriormente, estudió en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, en Estados Unidos, donde obtuvo un máster en Matemáticas. Su sólida formación académica lo llevó a convertirse en rector de la Universidad Agraria La Molina, donde además de su labor educativa, comenzó a involucrarse en la política.

Aunque inicialmente no tenía experiencia en cargos públicos, Fujimori sorprendió al país al postularse a la presidencia en 1990 como candidato del partido Cambio 90, un movimiento recién creado. Con un mensaje de cambio y renovación, logró vencer al entonces favorito Mario Vargas Llosa en una reñida contienda electoral.

Durante su mandato (1990-2000), su estilo de gobierno estuvo marcado por la toma de decisiones autoritarias, las cuales incluyeron el cierre del Congreso en 1992 (autogolpe) y la posterior convocatoria de una nueva Constitución. Esto le permitió concentrar mayor poder en su figura, lo que provocó una profunda división en la opinión pública. En 2000, Fujimori fue reelecto para un tercer mandato, pero los escándalos de corrupción y las revelaciones sobre su asesor Vladimiro Montesinos marcaron el fin de su carrera política.

El fin de su gobierno

Fujimori abandonó Perú en noviembre de 2000 y se trasladó a Japón, donde renunció a la presidencia vía fax. Sin embargo, su historia no terminó allí. En 2005, fue arrestado en Chile mientras intentaba regresar a Perú para postularse nuevamente a la presidencia. Fue extraditado y condenado a 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos, incluyendo las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, perpetradas por el grupo Colina.

En la cárcel, Fujimori continuó siendo una figura polarizante. Mientras algunos lo consideran un héroe por derrotar al terrorismo y estabilizar la economía, otros lo ven como un dictador que violó derechos humanos y abusó del poder. En los últimos años, su salud ha sido motivo de preocupación, lo que llevó a que en 2017 recibiera un indulto humanitario que luego fue revocado. No obstante ello, el 4 de diciembre de 2023, el Tribunal Constitucional ordenó la liberación inmediata de Alberto Fujimori, basándose en un indulto presidencial concedido en 2017 por el presidente de entonces, Pedro Pablo Kuczynski, por razones humanitarias.

Legado

El legado de Alberto Fujimori sigue dividiendo a Perú. Por un lado, es recordado por su capacidad para devolver la paz al país, estabilizar la economía y modernizar la infraestructura. Por otro, sus métodos autoritarios, las acusaciones de corrupción y las violaciones a los derechos humanos ensombrecen esos logros. A pesar de estas controversias, su impacto en el Perú es innegable, dejando una marca profunda en la historia política, económica y social del país.

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Fernando Chevarría León, director de EYNG

Director de EYNG - Estrategias y Negocios. Comunicador con más de 20 años de experiencia en medios líderes como RPP, El Comercio y Canal N, en el Perú; y El Economista (España). Fue director de la edición internacional de América Economía. Posee una especialización en Periodismo Económico Financiero por la Universidad de Columbia (Nueva York) y un MBA por la Universidad de Barcelona (España). Es experto en comunicación estratégica.

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