Crisis alimentaria global: 733 millones de personas pasan hambre
Crisis alimentaria global: 733 millones pasan hambre
EYNG, 28/08/2024. El último Informe sobre El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI), publicado por las Naciones Unidas, revela un panorama desolador sobre la crisis alimentaria global. Según los datos del informe, aproximadamente 733 millones de personas sufrieron hambre en 2023, lo que equivale a una de cada 11 personas en el planeta y a una de cada cinco en África. Esta situación ha sido consistente durante tres años seguidos, y el informe subraya que estamos lejos de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2, que busca erradicar el hambre para 2030.
Un retroceso preocupante
El informe anual, presentado en el contexto de la reunión ministerial del Grupo de los Veinte (G-20) en Brasil, revela un retroceso significativo en la lucha contra el hambre. Los datos actuales indican que el mundo ha retrocedido 15 años, con niveles de subalimentación similares a los observados en 2008-09. Aunque se han logrado avances en áreas específicas, como el retraso en el crecimiento infantil y la lactancia materna exclusiva, el hambre global sigue estancada con entre 713 y 757 millones de personas afectadas en 2023. Esta cifra es aproximadamente 152 millones más alta que en 2019, destacando una tendencia alarmante.
Crisis alimentaria: Desafíos regionales y globales
Las tendencias regionales muestran variaciones significativas. En África, el porcentaje de población que padece hambre sigue aumentando, alcanzando un alarmante 20.4%. En Asia, aunque el porcentaje se mantiene estable en 8.1%, la región sigue enfrentando un desafío considerable dado que alberga a más de la mitad de las personas que sufren hambre en el mundo. En contraste, América Latina ha mostrado progresos, con una tasa de hambre del 6.2%. Sin embargo, de 2022 a 2023, el hambre ha aumentado en Asia occidental, el Caribe y la mayoría de las subregiones africanas.
Inseguridad alimentaria y malnutrición
El informe también pone de relieve que el acceso a alimentos adecuados sigue siendo inalcanzable para miles de millones de personas. En 2023, aproximadamente 2.330 millones de personas enfrentaron inseguridad alimentaria moderada o grave, una cifra que no ha cambiado significativamente desde el aumento brusco de 2020, en el contexto de la pandemia de COVID-19. De estas, más de 864 millones experimentaron inseguridad alimentaria grave, lo que les llevó a pasar a veces sin alimentos un día entero o más. Aunque América Latina muestra mejoras en algunos indicadores, África continúa siendo la región con mayores desafíos, con el 58% de su población sufriendo inseguridad alimentaria moderada o grave.
Acceso a dietas saludables y desigualdades económicas
Un problema crucial señalado en el informe es la falta de acceso económico a dietas saludables. En 2022, más de 2.800 millones de personas no pudieron permitirse una dieta saludable, con una disparidad pronunciada entre los países de ingresos bajos y altos. En los países de ingresos bajos, el 71.5% de la población no puede permitirse una dieta saludable, mientras que en los países de ingresos altos esta cifra es solo del 6.3%. La brecha se ha ampliado en África, donde la capacidad de acceder a una dieta adecuada ha empeorado.
Tendencias de nutrición y salud globales
El informe también destaca que, aunque se ha avanzado en áreas como la lactancia materna exclusiva, con una tasa de 48%, otros indicadores nutricionales siguen estancados o empeorando. La prevalencia del bajo peso al nacer se mantiene en torno al 15%, mientras que el retraso en el crecimiento entre los niños menores de cinco años ha disminuido solo al 22.3%, aún por debajo de las metas globales. Además, la obesidad en adultos ha aumentado de manera constante en la última década, con proyecciones que indican que más de 1.200 millones de adultos estarán obesos en 2030. La doble carga de malnutrición, que incluye desnutrición y obesidad, se está volviendo más prevalente en todos los grupos de edad.
Factores contribuyentes y necesidad de acción
La inseguridad alimentaria y la malnutrición están empeorando debido a una combinación de factores, como la persistente inflación de los precios de los alimentos, conflictos, cambio climático y recesión económica. Estos factores se combinan con problemas subyacentes como dietas inasequibles y desigualdades persistentes, amplificando sus efectos negativos. La financiación para la seguridad alimentaria es crucial, y el informe de este año hace hincapié en la necesidad de un enfoque multifacético para abordar la crisis. Esto incluye la transformación de los sistemas agroalimentarios, la lucha contra desigualdades y la garantía de dietas saludables accesibles para todos.
Llamado a la acción
El informe también destaca la necesidad de movilizar una financiación significativa y rentable para la seguridad alimentaria y la nutrición. Los líderes de los cinco organismos de la ONU involucrados en el informe —FAO, FIDA, UNICEF, PMA y OMS— han subrayado que la estimación del déficit de financiación debe ser una prioridad máxima. Además, se necesita una definición clara y estandarizada de la financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición, así como un enfoque innovador para movilizar recursos.
Como se destacó en el reciente Foro Político de Alto Nivel en la Sede de la ONU en Nueva York, la brecha en la financiación requiere soluciones innovadoras y equitativas, especialmente para los países con altos niveles de hambre y malnutrición exacerbados por el cambio climático. Los países con mayores necesidades de financiación enfrentan grandes retos para acceder a los recursos necesarios, y alrededor del 63% de los países de ingresos medios y bajos tienen un acceso limitado o moderado a financiación. Es fundamental coordinar esfuerzos para armonizar datos, aumentar la tolerancia al riesgo y mejorar la transparencia para superar estas barreras.
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