Industria automotriz sostenible: Oportunidad de US$ 660 billones en 2030
La industria automotriz mundial está al borde de una oportunidad de ingresos de 660 mil millones de dólares, a medida que cambia su enfoque de los vehículos con motor de combustión interna (ICE) a los vehículos eléctricos.
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Tres megapools de valor (electrificación, vehículos definidos por software y circularidad) alcanzarán un valor de mercado de 660.000 millones de dólares en 2030, según informe de EY sobre el futuro de la industria automotriz.
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Los vehículos eléctricos alimentados por baterías alcanzarán el 50% de las ventas mundiales en 2041, dos años más tarde de lo previsto.
EYNG, 05/07/2024. La industria automotriz mundial está al borde de una oportunidad de ingresos de 660 mil millones de dólares, a medida que cambia su enfoque de los vehículos con motor de combustión interna (ICE) a los vehículos eléctricos (EV), según un nuevo análisis de EY.
«El sector automotriz se está alejando de sus tradicionales fuentes de valor, un cambio estratégico impulsado por la evolución de la demanda de los clientes, las tecnologías emergentes y el endurecimiento de las regulaciones. Esto hará que el valor de la industria pase de la fabricación y las ventas transaccionales al ciclo de vida completo del vehículo y abrirá oportunidades para que los fabricantes de automóviles, los fabricantes de baterías, los proveedores, las empresas energéticas y los inversores se centren en nuevas áreas», señala el informe.
Los megapools de la industria automotriz
En ese sentido, el análisis de EY ha identificado tres áreas clave, conocidas como «megapools», que ofrecen el mayor potencial de crecimiento de ingresos:
1. Impulsar el futuro (baterías, carga y almacenamiento de energía)
Las últimas predicciones del EY Mobility Lens Forecaster muestran que, para 2040, se espera que el número de vehículos eléctricos registrados (vehículos eléctricos de batería y vehículos eléctricos híbridos enchufables combinados) en las carreteras a nivel mundial supere a los vehículos no eléctricos. Las baterías y la carga son fundamentales para impulsar una transición exitosa a los vehículos eléctricos.
2. Redefinir la arquitectura del vehículo (vehículos definidos por software)
El cambio de arquitecturas de hardware a arquitecturas de vehículos definidos por software (SDV) no solo desbloqueará nuevos ingresos en tecnología y servicios basados en datos, sino que también impulsará la eficiencia de los costos, mejorará la entrega más rápida de software y mejorará la calidad de las flotas.
3. Cerrar el círculo (circularidad de baterías y vehículos)
Avanzar hacia modelos totalmente circulares orientados a la reutilización y el reciclaje de materiales promete una industria automotriz más ecológica y resuelve una guerra cada vez más geopolítica por los minerales raros.
«La industria automotriz mundial está atravesando un cambio de paradigma, en el que el valor se está trasladando de la fabricación y las ventas transaccionales al ciclo de vida completo del vehículo. La industria tendrá que volver a centrarse en nuevas áreas de crecimiento, mientras que áreas de actividad, como las piezas de motores de combustión y el mantenimiento, desaparecerán rápidamente. Los líderes de toda la industria deben examinar cuidadosamente sus modelos de negocio y centrarse en dónde pueden crecer y dónde necesitan reducir las actividades que están destinadas a quedar obsoletas. Para tener éxito en estas nuevas áreas, las empresas deben adoptar la innovación, optimizar sus estrategias de datos y centrar sus esfuerzos en la formación y el fomento del talento cualificado. Deben elegir entre convertirse en líderes o en seguidores rápidos. Es hora de ponerse al volante y prepararse para el gran cambio de valor».
Martin Cardell, líder de Soluciones de Movilidad Global de EY
El cambio de valores ya está en marcha
El análisis de EY muestra que el gran cambio de valor en el sector automotriz ya está en marcha y cobra impulso. En ese sentido, advierte que es urgente que los actores del ecosistema de la movilidad optimicen el negocio actual y, al mismo tiempo, innoven para el futuro. «La decisión no es si participar en el cambio de valor, sino cómo hacerlo con éxito para maximizar los ingresos», señala EY.
Asimismo, resalta que desarrollar una cadena de suministro de baterías confiable y diversificada es crucial. Al respecto, explica que China posee actualmente alrededor de tres cuartas partes de la capacidad mundial de refinación de metales para baterías y varias regiones están imponiendo regulaciones de localización (como la Ley de Reducción de la Inflación de los EE.UU.). «Acelerar la transición a los vehículos eléctricos requiere vehículos con mayor autonomía, confiabilidad y seguridad, y menores costos en un mercado ferozmente competitivo, así como una infraestructura de carga sólida. Se planean inversiones significativas en la producción de baterías y la infraestructura de carga en toda Europa; los fabricantes de automóviles han comenzado a integrarse verticalmente para optimizar la densidad energética, el ciclo de vida y la estabilidad térmica de sus baterías para vehículos eléctricos», destaca EY.
Ganando el gran cambio de valores
El informe de EY resalta que comprender el gran cambio de valor es solo el comienzo; y que traducirlo en una ventaja competitiva duradera exige un replanteamiento estratégico completo.
Al respecto, explica que las empresas del mercado deben centrarse en cuatro acciones fundamentales para ganar la carrera del cambio de valor: crear una cultura de innovación; redefinir la estrategia y la experiencia del cliente; liberar el valor y el potencial de los datos; y fomentar las habilidades de la fuerza laboral del futuro.
«A medida que se desarrolle el cambio de valores, se intensificará la búsqueda de talentos en estas nuevas áreas, y el foco estará puesto en las habilidades de la ingeniería mecánica y en la ingeniería química y del software. La innovación en baterías, robótica, inteligencia artificial (IA) y datos se volverá indispensable. Los líderes de la industria deben fomentar una cultura de alto rendimiento centrada en el aprendizaje continuo, ya que los trabajadores deben mejorar y volver a capacitarse para seguir siendo competitivos y respaldar el crecimiento del sector», puntualiza EY.
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