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Para invertir debemos considerar, no sólo los factores locales o internacionales –como las políticas económicas o los escándalos políticos–, sino también los intereses de muchas personas y la falta de conocimiento en finanzas y/o economía básica; pero, sobre todo, el error de muchos inversionistas en realizar una inversión (excesiva confianza) sin antes hacer una investigación o no contar con conocimiento previo.
En ese sentido, algunas ideas para aclarar la manera en la que una persona debe tomar las decisiones de inversión son las siguientes:
1) El miedo es un mal compañero
Las peores decisiones se toman basadas en el factor miedo. Por ejemplo, se tuvo miedo de los cambios que podrían pasar con el Gobierno de Pedro Castillo. Se compraron dólares al tipo de cambio de S/ 4,10 o más. De otro lado, algunos vieron que su paquete accionario había caído, entonces liquidaron porque creyeron perderlo todo. Asimismo, existía la posibilidad que el país se convirtiera en un paraíso socialista, entonces algunos remataron su casa y sacaron el dinero afuera. Hay muchos ejemplos como estos, pero nos preguntamos: ¿Cuántos temores se volvieron realidad?
2) La avaricia es una mala consejera
En una famosa película de cine, el actor principal nos dice «La avaricia es buena» («Greed is Good» – Wall Street, 1987). En cierto sentido, lo que hace es recordarnos la base del capitalismo. El egoísmo y la envidia (bien llevada) son fuerzas que nos han permitido progresar. En todo el mundo hay ejemplos empresariales donde el éxito se logró porque el dueño o fundador de la empresa convirtió esa fuerza como una motivación para ser mejor que su competencia.
Pero, ¿en las inversiones que pasa? El tema es diferente, si se toma solamente la avaricia, como por ejemplo la tasa de interés o de ganancia, la persona pierde la noción que debe equilibrar su decisión de inversión entre la rentabilidad, riesgo y liquidez. Así, cuando algo es muy rentable no podrá ser líquido y menos aún de bajo riesgo.
En ese sentido, muchas personas perdieron la perspectiva con los crypto activos, sin conocerlos verdaderamente, solamente tomando la rentabilidad histórica que han tenido. Cabe preguntarse si en esta decisión, se analizó para qué iba a usar el dinero. Cuando se coloca a la avaricia en primer lugar, los resultados podrían no ser los esperados, a pesar de que nos digan que el producto está regulado o cotiza en alguna bolsa.
«Son muy pocos (casi me atrevería a decir que no existen) los productos de inversión donde se utilicen o se incluyan las situaciones de riesgo en la venta. Existe el temor de decirle a los inversionistas sobre las situaciones en que pudiera perder su dinero».
3) Las comisiones lo son todo
Todas las entidades que están en el sistema financiero trabajan de la misma manera al momento de incorporar nuevos fondos o mantener los actuales. Se trata de establecer políticas de remuneración al personal, donde para incentivar la productividad la mayor parte de los ingresos son variables. En algunas instituciones la usan directamente («sueldo variable»), mientras que en otras se denomina «comisión».
El principio es el mismo, cada asesor o ejecutivo recibe un porcentaje de la inversión que complementa sus ingresos mensuales con una base fija muy pequeña o inexistente en algunos casos, por lo que para mantener los ingresos deberá estar buscando nuevos inversionistas. El esquema no es malo, siempre y cuando el asesor conozca realmente la esencia del producto y tenga la suficiente integridad y ética para reconocer que algunos de estos no encajan en determinadas personas inversionistas.
4) El optimismo estará siempre presente
Son muy pocos (casi me atrevería a decir que no existen) los productos de inversión donde se utilicen o se incluyan las situaciones de riesgo en la venta. Existe el temor de decirle a los inversionistas sobre las situaciones en que pudiera perder su dinero. Así, todo es perfecto y nunca aparecerán las situaciones complicadas. Lamentablemente esas situaciones complicadas existen y las personas deben saber que puede haber problemas en el futuro que pongan en riesgo la rentabilidad esperada o incluso el capital.
5) Conoce a tu bróker y a tu administrador
Normalmente las inversiones, sean tradicionales o alternativas, locales o en el extranjero, exigen a las empresas formales hacer una investigación sobre los inversionistas. Estas políticas conocidas por sus siglas en inglés KYC (Conoce a Tu Cliente) busca reducir el riesgo de casos de lavado de activos y financiamiento del terrorismo, pero también debería servir a la empresa para evaluar el perfil del cliente y «sugerirle» así si el producto financiero se adapta a su necesidad.
Ahora bien, un inversionista debería hacer ese mismo trabajo. En principio, investigar a su asesor o bróker. Debe ocuparse también de los administradores y ejecutivos de la empresa. ¿La persona que administra mi capital qué antecedentes tiene?, ¿tiene problemas crediticios?, ¿qué estilo de vida le ve?, ¿es derrochador?, ¿ha salido de muchas empresas? Todo esto debe hacerse en una entrevista que deberían de proporcionarle a cada inversionista que lo solicite. Si es una empresa muy grande, entonces debería usar internet para investigar a la empresa y conocer a sus principales ejecutivos. No se confíe solamente de un gran nombre.
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