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Crisis climática: Costos económicos de los eventos extremos en 2023

El informe anual de la asociación británica Christian Aid da cuenta del impacto social y económico de los eventos climáticos más fuertes del año que acaba de terminar.

EYNG, 04/01/2024. Durante 2023 los desastres climáticos extremos continuaron azotando diversas zonas del planeta. Las inundaciones, los ciclones y las sequías han matado y desplazado a millones de personas. Estos desastres, como es lógico, también causan grandes impactos económicas, los que, cada año, son registradas por la organización británica Christian Aid.

En ese sentido, el informe «Contando el coste 2023», publicado recientemente por dicha asociación, advierte que las veinte peores catástrofes climáticas supusieron un coste económico de aproximadamente 400 dólares por cada habitante del país en el que se produjeron. La primera gran conclusión del estudio es que, si bien las regiones con rentas más altas soportaron un mayor impacto económico, los países que menos perjuicio causaron al clima sufrieron el mayor número de víctimas.

 

Principales desastres climáticos de 2023

Fuente: Christian Aid.

«Estimar el impacto económico de los desastres climáticos es una manera de entender el coste de la crisis climática», explicó el director ejecutivo de Christian Aid, Patrick Watt. Asimismo, resalta que los costos económicos varían según las condiciones del país en que tenga lugar el evento climático. «Los desastres son peores para aquellos países donde muchas personas trabajan en la agricultura vulnerables a las condiciones climáticas extremas y lugares que carecen de inversión gubernamental en prevención o reconstrucción”, advirtió.

Entre las catástrofes que incluye la organización en el informe, la mayoría –nueve de las 20– son tormentas, como la de Guam en mayo, cuyos daños ascendieron a los US$ 250 millones de dólares o US$ 1.455 per cápita.

Costo per cápita y total de afectados

Fuente: Christian Aid.

En cuanto a los sucesos que supusieron un mayor coste económico para los habitantes del territorio, fueron los incendios forestales de Hawái en agosto, cuyo gasto en daños materiales se estima en US$ 4.161 per cápita y que se cobraron la vida de al menos 100 personas, según cifras oficiales.

A continuación damos cuenta de los principales eventos climáticos ocurridos en 2023 y los costos que generaron, según un ranking elaborado por Christian Aid.

1. Incendio forestal en Hawái, EE.UU. (agosto)

El desastre climático que tuvo el mayor costo promedio por persona fue el devastador incendio forestal que afectó a grandes proporciones de la población de Hawái.

Los incendios forestales se han vuelto más comunes en Hawái, un fenómeno vinculado al cambio en el uso del suelo y al cambio climático. Christian Aid calculó el costo per cápita de los incendios forestales del 8 al 11 de agosto pasado dividiendo el costo económico total estimado entre los 1,44 millones de habitantes de Hawái. En base a esto, se estima que cada habitante de Hawái ‘perdió’ US$ 4.161, más del doble que la segunda pérdida per cápita más alta de este índice.

El incendio forestal afectó principalmente a la isla de Maui en Hawái, causando 181 muertes y afectando a 7.695 personas, es decir, uno de cada 200 residentes de Hawái en general y alrededor de uno de cada 20 en la isla de Maui. Dada la población de la isla de Maui, que es inferior a 200.000, estos son impactos per cápita significativos, y dado que el PIB per cápita de Hawái es de alrededor de US$ 60.000, los costos económicos totales del incendio representan cerca del 10% del ingreso promedio de los habitantes de Hawái.

Cabe señalar que el costo económico total del incendio se estima en unos US$ 6 mil millones. Además de esta cifra significativa, el análisis oficial de Hawái muestra que el impacto de este desastre tendrá consecuencias económicas continuas, siendo el incendio en gran medida responsable de una reducción en el pronóstico de crecimiento económico en 2024, pasando del 2% al 1,5%.

Muchas pequeñas empresas se vieron afectadas, lo que requirió no solo reclamaciones de seguros para reconstrucción y otros costos de capital, sino también aumentos significativos en el desempleo, con muchas personas enfrentando largos períodos de ingresos reducidos.

 

Matt Palmer / Unsplash (Foto referencial).

2. Tormenta en Guam (mayo)

Casi la mitad (9 de 20) de la lista desastres 2023 de la lista de Christian Aid son tormentas. En ese sentido, la organización advierte que la alta prevalencia de tormentas probablemente aumentará debido al cambio climático.

“La investigación analizada por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático concluye que es probable que la proporción global de ocurrencia de ciclones tropicales importantes (de Categoría 3 a 5) haya aumentado en las últimas cuatro décadas debido al cambio climático y que el cambio climático inducido por el ser humano aumenta las precipitaciones intensas asociadas con los ciclones tropicales”, señala el informe de Christian Aid.

Durante aproximadamente 15 horas desde el mediodía del 23 de mayo hasta la madrugada del 24 de mayo, la tormenta tropical Mawar azotó el territorio estadounidense de Guam, ubicado en el océano Pacífico, a unos 2.000 km al este de Filipinas. Con velocidades del viento de hasta 145 mph, fue la tormenta tropical más fuerte sufrida en Guam en décadas.

A pesar de la ferocidad de la tormenta, que devastó muchos edificios, dejó sin servicios públicos y derribó árboles, solo dos personas murieron, pero más de 100.000 resultaron afectadas, lo que representa más del 60% de la población del territorio. Los costos económicos estimados de la tormenta son de US$ 250 millones o US$ 1.455 por persona.


Josep Castells / Unsplash (Foto referencial)

3. Tormenta en Vanuatu (marzo)

Dos ciclones tropicales golpearon el pequeño archipiélago de Vanuatu, un país insular ubicado en el océano Pacífico Sur, a principios de marzo. Tanto el ciclón tropical Judy como Kevin fueron tormentas tropicales de categoría 4 que, juntas, causaron daños considerablemente importantes al pequeño país.

Estos ciclones tropicales coincidieron con dos terremotos significativos el 3 de marzo, aunque los daños causados por los terremotos fueron evaluados como mucho menores que los provocados por los dos ciclones tropicales a lo largo de 4 días.

Durante este tiempo, dos tercios (66%) de la población de Vanuatu, unas 300.000 personas, fueron afectados por las tormentas tropicales consecutivas, según la Oficina Nacional de Gestión de Desastres. Sorprendentemente, no se registraron muertes atribuidas a las dos severas tormentas tropicales.

Uno de los impactos económicos clave de los ciclones es la reducción en la previsión de crecimiento del PIB en 2023, pasando del 3,6% al 3%. El impacto promedio per cápita de los dos ciclones fue de casi US$ 1.000. Además de ser una cantidad individual muy sustancial, esto representa casi un tercio del PIB per cápita del vanuatuense promedio, que es poco más de US$ 3.000.

Cabe señalar que los medios de vida de casi 40.000 personas se vieron afectados, mientras que más de 6,000 hogares tuvieron sus hogares destruidos.


4. Tormenta tropical en Nueva Zelanda (febrero)

El ciclón tropical Gabrielle fue la peor tormenta que golpeó a Nueva Zelanda en el siglo XXI. Se esperaba que el ciclón tuviera gran impacto, ya que en las semanas previas a su llegada se habían experimentado inundaciones severas en gran parte de Nueva Zelanda, lo que aumentaba la posibilidad de deslizamientos de tierra. La tormenta trajo consigo fuertes lluvias adicionales sobre las precipitaciones récord de las semanas anteriores, así como vientos muy fuertes.

Los impactos humanos de la tormenta son algo difíciles de evaluar. Mientras que hay 11 muertes registradas atribuidas a la tormenta Gabrielle en Nueva Zelanda, las estimaciones del número de personas afectadas varían.

La Base de Datos Internacional sobre Catástrofes (EM-DAT) estima que 10.500 personas fueron afectadas por la tormenta, pero un número mucho mayor (alrededor de 1,8 millones) estuvo sujeto a un estado de emergencia. Dentro de este número, al menos 46.000 hogares perdieron el suministro eléctrico.

Los impactos económicos de la tormenta Gabrielle fueron significativos, casi el 1% (aproximadamente US$ 2,4 mil millones) del PIB de Nueva Zelanda, que es de casi US$ 250 mil millones. Esto se traduce en un costo per cápita de US$ 468 por persona, un poco menos del 1% del PIB per cápita anual de alrededor de US$ 49.000.


6. Inundaciones en Italia (mayo)

La región italiana de Emilia-Romaña experimentó tres inundaciones en mayo. Estas cobraron la vida de 15 personas y alrededor de 46.000 personas resultaron afectadas en general, muchas de las cuales fueron desplazadas de sus hogares. Hubo 23 ríos desbordados y más de 1.000 deslizamientos de tierra que afectaron a más de 100 municipios.

«Los impactos de las lluvias intensas y persistentes fueron mayores de lo que hubieran sido históricamente debido al desarrollo urbano más denso, lo que resultó en menos drenaje. Mejorar la planificación urbana y aumentar el uso de soluciones basadas en la naturaleza, junto con una mejor protección social, podría mitigar los impactos», señaló Christian Aid.

Los costos económicos de las inundaciones fueron extensos, totalizando alrededor de US$ 10 mil millones. Aunque menos de uno de cada mil residentes italianos se vio directamente afectado por las inundaciones, el costo promedio per cápita entre la población total de casi 60 millones fue de alrededor de US$ 164. Aunque no es una suma muy grande distribuida en toda la población, la cantidad para aquellos directamente afectados probablemente sea de más de US$ 200.000 per cápita, destacando el daño a hogares y otras infraestructuras vitales.

Cabe señalar que el Gobierno aprobó un paquete de ayuda de 1,6 mil millones de euros, la mayor parte de la cual se dedicó a un fondo de recuperación para los trabajadores.


7. Inundaciones en Libia (septiembre)

Una de las catástrofes climáticas más significativas de todo 2023 fueron las inundaciones en Libia en septiembre. Se estima que alrededor de 11.000 personas perdieron la vida cuando la tormenta Daniel provocó inundaciones repentinas. Uno de los impactos fue la ruptura de dos represas cerca de Derna, donde ocurrieron muchas de las fatalidades.

Los ríos se desbordaron en cinco provincias y alrededor de 880.000 personas resultaron afectadas, lo que representa más del 10% de la población de Libia, que es de alrededor de 7 millones. Este tipo de eventos extremos se han vuelto hasta 50 veces más probables y hasta un 50% más intensos en comparación con un clima 1,2 grados Celsius más fresco.

Después de las inundaciones, la agencia de la ONU, UNFPA, estimó que alrededor de 230.000 mujeres y niñas en edad reproductiva (15-49) necesitó asistencia humanitaria. En la ciudad de Derna, se estimó que alrededor de la mitad de la población de 100.000 habitantes necesitó urgentemente asistencia humanitaria.

Los impactos económicos de las inundaciones han sido difíciles de cuantificar. A diferencia de la mayoría de los desastres importantes, la base de datos EM-DAT no proporciona una estimación total de costos para las inundaciones. El llamado de la ONU solicitó US$ 71,4 millones en fondos de emergencia, lo que equivale a poco más de US$ 80 por persona directamente afectada. Por lo tanto, Christian Aid advierte que es probable que esto sea una subestimación grave de los costos económicos totales de las inundaciones y del gasto correspondiente necesario para recuperarse de ellas.


8. Inundaciones en Perú (abril)

Fuertes lluvias provocaron extensas inundaciones a lo largo de gran parte de las regiones costeras occidentales de Perú a mediados de abril, sumándose a las lluvias intensas de los dos meses anteriores. Existen pruebas de que el patrón del Fenómeno del Niño se ha exacerbado desde 1960 y que, a medida que el cambio climático inducido por el ser humano se profundiza, habrá más eventos agudos como este.

Además de las inundaciones fluviales, se produjeron deslizamientos de tierra, avalanchas de lodo y movimientos de nieve y rocas. La base de datos EM-DAT registra 25 muertes debido a las inundaciones a mediados de abril, con alrededor de 125.000 personas afectadas. Sin embargo, el Fondo Central de Respuesta de Emergencia de las Naciones Unidas (CERF, por sus siglas en inglés) estimó que más de medio millón de personas se vieron afectadas a fines de las inundaciones inmediatas a mediados de abril, convirtiéndolo en uno de los mayores desastres que Perú ha enfrentado en el siglo XXI.

En un marco temporal más amplio, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas estimó en julio que, desde enero, más de 800.000 personas en Perú se vieron afectadas por eventos climáticos relacionados. “Este número acumulativo muy alto de personas afectadas muestra que cuando ocurren eventos climáticos severos de manera consecutiva, es probable que muchas más personas se vean afectadas, ya que la resistencia a un evento climático adicional disminuye, por ejemplo, cuando los ríos ya están muy crecidos debido a lluvias anteriores. Para aquellos que necesitaban ayuda, las prioridades principales después de las inundaciones fueron alimentos, agua, saneamiento y servicios de salud, así como protección. Algunas personas necesitaban refugio ya que tuvieron que abandonar hogares vulnerables a las inundaciones”, advierte el informe de Christian Aid.

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Foto:ANDINA/MIDAGRI

Costo económico de las inundaciones en Perú en 2023

El costo económico promedio por persona fue de US$ 66, pero solo representa los costos estimados relacionados con las inundaciones del 10 al 12 de abril. Los costos para los eventos climáticos relacionados son más altos, especialmente porque afectaron a muchas más personas.

El Gobierno Peruano solicitó asistencia internacional, lo que llevó a un programa de las Naciones Unidas, entre otros. Los impactos acumulados de las inundaciones también se reflejan en la prevalencia de una nueva epidemia de dengue, impulsada por los impactos de las lluvias torrenciales y una importante ola de calor. Esto alcanzó un récord de 161.471 casos y 287 muertes durante mediados de 2023, la tasa de mortalidad por fiebre del dengue per cápita más alta en las Américas. Además de los costos económicos directos, los impactos desproporcionados en la salud debido a desastres relacionados con el clima son otra carga desigual para las personas más pobres. Estas epidemias de salud aumentan el gasto de los hogares en atención médica y aumentan los costos para los servicios de salud públicos y privados.


9. Sequía en España (abril)

España registró el comienzo más seco del año desde que se tienen registros en la década de 1960. Como resultado, las autoridades en Cataluña, una de las regiones afectadas, impusieron restricciones en 22 pueblos. La sequía se vio exacerbada por temporadas anteriores con temperaturas mucho más altas de lo normal, hasta 20°C por encima de lo habitual en abril. Esto contribuyó al estrés hídrico, por ejemplo, los embalses ya estaban bajos. La sequía también coincidió con un período de calor inusual, incluida una temperatura récord para abril en España de 38.8°C registrada en el aeropuerto de Córdoba el 26 de abril.

Además de las restricciones en el uso del agua, la sequía ha resultado en rendimientos agrícolas más pobres, incluida la cosecha clave de aceitunas, así como cosechas de trigo y cebada mucho peores.

A pesar de las altas temperaturas y la falta de agua, no se informaron muertes debido a la sequía de abril, pero alrededor de 26.000 personas se vieron directamente afectadas por la imposición de la reducción del suministro de agua. Los impactos económicos son difíciles de cuantificar; la base de datos EM-DAT proporciona una estimación de US$ 2,4 mil millones, con un promedio de alrededor de US$ 50 por persona en toda España. Esta estimación se deriva del paquete de apoyo del gobierno proporcionado en respuesta a la sequía, que se centró en proporcionar nuevos suministros de agua y apoyo a los agricultores.

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Mike Erskine/Unsplash /foto referencial)

10. Tormenta en Myanmar (mayo)

Una tormenta extremadamente severa llamada Ciclón Mocha golpeó Myanmar el 14 de mayo. Fue una de las tormentas más grandes que afectaron al país, con ráfagas de viento de hasta 300 km/h. Inicialmente afectó a Rakhine y luego continuó tierra adentro con vientos extremadamente fuertes y lluvias intensas hasta el 15 de mayo, afectando a cinco estados y regiones: Rakhine, Chin, Sagaing, Magway y Kachin.

Se estima que 3,4 millones de personas vivían en áreas que experimentaron vientos de al menos 120 km/h, lo que causó daños significativos a hogares y otros edificios, en parte debido a la naturaleza frágil de muchas viviendas. Además de los daños por viento a edificaciones y otra infraestructura, incluyendo hospitales, escuelas y edificios religiosos, las intensas lluvias causaron inundaciones en muchas áreas afectadas.

Se registraron 145 muertes debido al Ciclón Mocha en Myanmar, con casi 100.000 personas directamente afectadas según la base de datos EM-DAT. Un análisis posterior del Banco Mundial mostró que 1,2 millones de personas fueron directamente afectadas por la tormenta. El mismo análisis estimó que el costo económico total del ciclón fue de US$ 2,24 mil millones, una cifra muy grande en relación con el tamaño de la economía de Myanmar, correspondiente al 3,4% del PIB en 2021.

En términos per cápita, esto se traduce en aproximadamente US$ 40 por persona en una población de alrededor de 54 millones, también una proporción significativa del ingreso per cápita promedio de US$ 1.180 (aproximadamente el 3,5%). El análisis del Banco Mundial identificó al sector residencial de viviendas como el más afectado, seguido por la infraestructura y la agricultura.


11. Inundaciones en Chile (junio)

Desde el 21 hasta el 25 de junio, Chile experimentó las lluvias más intensas de los últimos 30 años. Esto provocó inundaciones de ríos y afectó a más de 21.673 personas, dejando a 6.575 aisladas y refugiando a 1.651, principalmente en áreas rurales.

Las inundaciones y deslizamientos de tierra afectaron a muchas comunidades, muchas de las cuales viven en asentamientos informales, donde las viviendas suelen ser menos resistentes a inundaciones y otros desastres. El deshielo de hielo y nieve de las montañas, que contribuyó a los ríos desbordados, exacerbó la situación. Según datos de EM-DAT, cuatro personas murieron a causa de las inundaciones, y alrededor de 21.673 resultaron afectadas.

El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED) informó que se destruyeron 1.623 viviendas, 3.059 sufrieron daños significativos, 4.069 daños menores, y 6.424 están actualmente bajo evaluación. Además, se activaron 79 refugios temporales, brindando albergue a 1.651 personas.

Los costos económicos totales de las inundaciones se estiman en US$ 76 millones, alrededor de US$ 39 per cápita en todo el país (Chile tiene una población de casi 20 millones). Dado que el PIB per cápita en Chile es de alrededor de US$ 18.000, esta cantidad es pequeña si se distribuye uniformemente en toda la población, pero como solo alrededor de uno de cada mil resultó directamente afectado, los impactos son muy concentrados.


12. Haití (junio)

Haití es naturalmente vulnerable a una variedad de desastres naturales, desde terremotos hasta ciclones. Su experiencia en desastres pasados, incluido un devastador terremoto en 2010 que cobró la vida de alrededor de 220.000 personas y afectó a 3,5 millones en total.

La vulnerabilidad de Haití a los desastres se ve agravada por una alta incidencia de pobreza, con poco menos de la mitad de la población viviendo en pobreza multidimensional, servicios públicos inadecuados e inseguridad.

En general, Haití es el país más vulnerable a los desastres climáticos en el Caribe y el 14º país más vulnerable del mundo, según el Índice de Gestión de Riesgos. Por lo tanto, cuando ocurren eventos como las intensas lluvias a principios de junio en Haití, es probable que tengan impactos más amplios y profundos que en muchos otros países.

(Topsphere Media/Unsplash)

En ese sentido, las lluvias extremadamente intensas el 3 y 4 de junio provocaron inundaciones, ya que la lluvia caía sobre un suelo ya saturado. Los informes iniciales encontraron que 51 personas murieron debido a las inundaciones, pero EM-DAT sitúa la cifra total en 78.

Además, se estima que un cuarto de millón de personas resultaron afectadas por las inundaciones, con más de 30.000 hogares inundados. Hubo daños y trastornos significativos en infraestructuras clave, incluidas escuelas y hospitales en cinco de las diez regiones de Haití.

El costo económico del desastre se estimó en US$ 420 millones, lo que representa más del 1,5% de la pequeña economía de alrededor de US$ 26 mil millones, que también lucha con una alta deuda. Dado que el PIB per cápita es un poco más de US$ 2.100, los costos económicos promediados en la población de US$ 36 son significativos, agravados por la irregularidad de los servicios públicos.


13. Tormenta en México (octubre)

El huracán Otis, una tormenta de categoría 5, golpeó el sur de México el 25 de octubre, causando una destrucción generalizada. Fue la primera vez que un huracán de esta intensidad afectó a esta parte del sur de México, incluido el puerto de Acapulco, que es estratégico para el valioso sector turístico de México, empleando a una gran parte de la población en todo el estado de Guerrero. La rapidez récord de la intensificación de la tormenta se ha relacionado con altas temperaturas de la superficie del mar.

Lluvias muy intensas, vientos fuertes y marejadas asociadas al paso de Otis, causaron inundaciones y deslizamientos de tierra que provocaron evacuaciones y daños graves. EM-DAT registra 104 muertes debido al huracán Otis, con más de un millón de personas afectadas. Decenas de miles de familias fueron evacuadas de sus hogares, encontrando refugio en alojamientos temporales. Más de 120 instalaciones de salud resultaron dañadas, mientras que más de un cuarto de millón de hogares sufrieron algún tipo de daño.

En las semanas siguientes al huracán, los servicios esenciales se restablecieron gradualmente, pero la recuperación completa de los extensos daños llevará mucho más tiempo.

Aunque no hay estimaciones generales del costo del impacto del huracán disponibles al momento de escribir esto, se estimó que las pérdidas aseguradas en el mercado privado debido al huracán Otis estaban entre US$ 2,5 mil millones y US$ 4,5 mil millones. El uso de esta cantidad referente a activos privados equivale a más de US$ 35 por cada uno de los más de 127 millones de habitantes de México. No obstante, al dividir la suma solo entre aquellos afectados por el huracán (un poco más del 1% de la población) significa costos económicos individuales de alrededor de US$ 300, una suma significativa en un país donde el ingreso promedio es un poco más de US$ 12.000 anuales.


16. Inundaciones en China (agosto)

Una serie de inundaciones durante los meses de verano afectó a casi 9 millones de personas en toda China, culminando con el impacto del tifón Doksuri en agosto. EM-DAT identificó inundaciones por fuertes lluvias en agosto en Pekín y el este de China, que causaron 51 muertes y afectaron directamente a 600.000 personas.

La serie de tormentas a lo largo del verano y su paso, incluyendo el tifón Doksuri, aumentaron la vulnerabilidad a impactos más grandes. Es difícil aislar los impactos y causas debido a la superposición de eventos climáticos, algunos de los cuales (como el suelo saturado y los altos niveles de los ríos) contribuirán a los impactos de tormentas posteriores.

Aunque la base de datos EM-DAT no asigna una estimación del impacto económico a las inundaciones alrededor de Pekín y el este de China en agosto, la compañía de seguros Aon estima que el impacto económico total de las «inundaciones estacionales» en China de mayo a septiembre probablemente supere los US$ 30 mil millones. Esto lo convierte en el segundo impacto económico más grande de cualquier desastre relacionado con el clima en 2023, solo detrás del devastador terremoto en Turquía y Siria. Según los datos de Aon, se estima que 370 personas murieron en esta serie de inundaciones, mostrando un impacto mucho más amplio que el asociado con el tifón Doksuri en agosto.

Para evaluar el impacto económico de Typhoon Doksuri, Aon estima que en Filipinas, Taiwán, China y Vietnam murieron 106 personas, con daños económicos de más de US$ 2 mil millones. Por lo tanto, es difícil evaluar los impactos económicos asociados solo con el tifón Doksuri.

En cambio, tomar el costo económico total de las inundaciones estacionales en China de US$ 31,9 mil millones da un costo per cápita de US$ 23, ya que la población total de China supera los US$ 1,4 mil millones. Si estos costos son «soportados» solo por aquellos directamente afectados por las inundaciones estacionales (alrededor de 8,9 millones de personas), los costos promedio son de alrededor de US$ $3.500 por persona, una cantidad muy grande en un país donde el PIB per cápita es de alrededor de US$ 12.000.


18. Tormenta en Malawi (marzo)

El 11 de marzo, el ciclón Freddy azotó el sur de África por segunda vez en un mes, y su regreso fue mortal y destructivo. El ciclón Freddy es un ejemplo de ciclones que duran más tiempo sobre tierra debido al cambio climático. Anteriormente, países como Malawi se consideraban demasiado lejos del océano Índico para experimentar impactos directos de ciclones.

En Malawi, cayó la cantidad de lluvia correspondiente a un año durante las semanas del ciclón. Las intensas lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra causaron daños generalizados, especialmente en Blantyre y la región del sur. El número de personas afectadas en Malawi fue muy alto, con EM-DAT registrando 679 muertes y más de 2 millones de malauíes afectados, más del 10% de la población de 20 millones. Más de 650.000 personas fueron desplazadas como resultado del ciclón.

Cyclone Freddy fue el segundo ciclón más mortífero de África en este siglo después del Cyclone Idai en 2019. Es el ciclón tropical de mayor duración registrado, durando 34 días y tenía la fuerza equivalente a toda una temporada de huracanes en el Atlántico Norte.

Las inundaciones posteriores al ciclón y las lluvias torrenciales arrasaron y sumergieron viviendas, arrastraron carreteras, puentes e infraestructura de suministro eléctrico e irrigación. Los cultivos, vitales para los medios de vida de muchos hogares y fuente de alimento, también fueron arrastrados. El suministro de energía se interrumpió durante más de tres días en los distritos de Chikwawa y Nsanje y en algunas partes del distrito de Blantyre.

Además de realizar operaciones de socorro y rescate, el gobierno de Malawi supervisó una Evaluación Rápida de Necesidades Posteriores al Desastre (PDNA). La PDNA fue diseñada para evaluar el costo del desastre, estimado en poco más de US$ 500 millones, y estimó que una recuperación completa costaría US$ 680 millones. Dada la magnitud del desastre y la gran cantidad de personas afectadas, esto puede parecer una cantidad relativamente baja, pero dado que el total de la economía de Malawi es de US$ 13 mil millones, representa el 5%, una proporción mucho mayor que en la mayoría de otros desastres de la lista de Christian Aid.

Dado que el ingreso promedio en Malawi es inferior a US$ 500 al año, el costo per cápita de US$ 33 por persona para cubrir los costos de recuperación es más del 5% de los ingresos ya muy bajos. Aunque la ayuda internacional ha ayudado, gran parte del costo seguirá siendo asumido por los malauíes que reconstruyen y se recuperan después de la devastación del ciclón Freddy.


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